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SOCIEDAD

12 de julio de 2019

Sierra Pailemán

El lugar donde los cóndores aprenden a volar

Sierra Pailemán, una localidad con menos de 100 habitantes situada en el Departamento rionegrino de Valcheta, es el único lugar del país que cuenta con una base «totalmente equipada» y «un equipo técnico capacitado» para acompañar a los cóndores andinos rescatados en su proceso de liberación. Dicho proceso «dura al menos un año hasta que aprenden a volar y logran su independencia», explicó este viernes la Secretaría de Ambiente de la Nación.

El cóndor andino, un ave carroñera símbolo nacional de Argentina, Bolivia, Chile y Ecuador, es considerado además «patrimonio cultural y natural de Sudamérica» y está catalogado como «especie casi amenazada» por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, ya que «sufre la pérdida de su hábitat y el envenenamiento por la ingesta de animales intoxicados o cebos». «Por ello, a partir de diciembre de 2003 y gracias a un esfuerzo internacional de conservación denominado El Retorno del Cóndor al Mar fue posible reintroducir la especie en su antigua área de distribución», explicó Ambiente.

Desde entonces, 51 ejemplares fueron liberados y «gracias a trabajos de campo y sistemas de seguimiento satelital sabemos que están ganando día a día mayor experiencia de vuelo, llegando a recorrer distancias mayores a 600 kilómetros desde su lugar de suelta», precisaron. En noviembre de 2009 fueron descubiertos los primeros nidos y desde entonces «ya son 10 los pichones nacidos en vida silvestre», destacaron.

Los próximos seis ejemplares de cóndor andino, que serán liberados en la costa atlántica patagónica a principios de septiembre, fueron derivados desde el Ecoparque porteño a la Base de Campo del Programa de Conservación del Cóndor Andino (PCCA), en Sierra Paileman.

«Las aves permanecerán en recintos de liberación, fortaleciendo sus lazos sociales y familiarizándose con su nuevo hogar antes de la suelta. Los cóndores que tienen experiencia de vuelo pueden ser liberados de manera directa, pero los pichones, como en este caso, necesitan ser asistidos durante al menos un año hasta lograr su independencia total, de lo contrario morirían en vida silvestre», explicaron desde Ambiente.

Los cóndores tienen diferentes historias: Karut (Trueno) nació en el Ecoparque porteño (ex zoológico de la ciudad de Buenos Aires), fue incubado artificialmente y criado con asistencia de títeres de látex. En tanto, Suyan (Esperanza) nació en el Parque Faunístico y Ecológico Yastay de La Rioja, Amancay (Flor) nació en el Bioparque Temaikén, Takiyiwe (Libertad) nació en el Parque Faunístico San Juan, mientras que Paqarina (Generadora de Vida) y Ñorquinquera (Sonido de Agua) fueron rescatadas en Río Negro y rehabilitadas en el Ecoparque porteño.

Esas condiciones de trabajo sólo se pueden brindar en Argentina en Sierra Paileman, «donde el PCCA cuenta con una base de campo totalmente equipada y con un equipo técnico de asistentes del Ecoparque de Buenos Aires capacitados para sostener las actividades de conservación a lo largo de todo el año», destacaron. 

La sierra se convertirá entonces, por decimosexta vez, en el escenario de liberación de una nueva tanda de cóndores, animal considerado por los pueblos originarios como el «espíritu viviente de los Andes».  (NA y Télam)

Foto: Ilustrativa – Télam

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