Buenos días Rubén.

Hola, cómo estás! Por aquí bien: dicen que un optimista es un pesimista mal informado. Pero bueno, somos siempre optimistas, porque si no ya hubiéramos abandonado la agricultura…

La semana pasada parecía que se nos venía el mundo encima. Los precios de la soja no paraban de caer. Habían perdido un 20% en un año. Pero bastó que lo comentáramos, encendiendo las luces de alarma (somos agro dependientes), para que la taba se diera vuelta. Desde el lunes pasado hasta ahora, las tres de la mañana en la Argentina, la soja, donde está cifrada la esperanza argentina, recuperó un 5%. Los cereales subieron mucho más: el trigo un 15% y el maíz un 10%.

Las razones de estas subas son fundamentalmente climáticas. El “weather market” se plantó de pronto en la escena global.Los hechos: una dificultosa entrada en la primavera en el Medio Oeste de los EEUU, con lluvias e inundaciones que provocaron varios eventos relevantes. Desde el atraso en las siembras de trigo de primavera (los que se siembran en las frías planicies de las Dakotas), más el lento avance de la siembra del maíz y la soja.

En el caso del trigo, se suma la persistente sequía en Australia, uno de los mayores exportadores mundiales. La noticia de la semana es que en la costa este está escaseando el cereal y, sorpresivamente, han tenido que echar mano a la importación. También hay bolsones de sequía en el este de Europa, en particular en Hungría, aunque en estos días algunas lluvias acomodaron un poco la situación. Corolario: en apenas una semana, los precios del trigo en Chicago subieron un 15%.

Es una buena noticia para la Argentina, donde hay aprontes para una gran campaña, donde se anticipa una cosecha récord. Con buena humedad en los suelos, el lance vale la pena. Pero habría que acomodar la relación insumo-producto: con la aplicación del derecho de importación disfrazado de tasa de estadística (2,5%) se ha encarecido el fertilizante. Y esto puede provocar un menor rinde y pérdidas de calidad.

Fue una excelente decisión haber eliminado esta gabela para la soja importada temporariamente por los crushers para moler y exportar valor agregado. Al fertilizante habría que considerarlo igual: entra, y a los seis meses sale convertido en trigo. Intentar recaudar un puñado de dólares en la importación es poco pan para hoy y hambre de nitrógeno para mañana. Sería una pena volver para atrás en el proceso de mejora continua en el trigo de los últimos años, donde recuperamos tenor de proteína y frenamos algo el proceso de degradación de los suelos.

En el caso del maíz, el atraso en la siembra en el corn belt ya es considerable. Llevan sembrada la mitad de lo que corresponde para esta época. Mayores atrasos impactarán en los rindes. Y los pronósticos hablan de mucha lluvia en esta y la próxima semana. Por eso la cotización en Chicago lleva un 10% de aumento desde el lunes pasado, y a la hora de escribir estas líneas la tendencia continuaba. Es también una buena noticia para la Argentina, que todavía no terminó de levantar una cosecha fabulosa, de más de 50 millones de toneladas.

La cuestión es que con este atraso, los mercados estarán muy volátiles en las próximas semanas. Hay dos “peajes” que pagar: primero, ver si pueden sembrar todo lo proyectado; segundo, tomarán mucha importancia los comentarios de los analistas respecto a las posibles consecuencias de una siembra tardía en los rindes del cultivo. Y finalmente, la especulación respecto a los eventuales efectos de una helada temprana sobre cultivos inmaduros.

Algo similar, pero más laxo, pasa con la soja. Aquí el mercado climático se compensa con la cuestión de la fiebre porcina africana en China, que achicó fuertemente la demanda de poroto. Es un tema crucial para la Argentina, porque el faltante de carne de cerdo está provocando un aumento de la demanda y los precios de carne vacuna.

Y también de cerdo, pero tenemos poca. Un camino de mil millas se inicia con un primer paso, dice precisamente un proverbio chino. Ya hay frigoríficos habilitados para exportar también carne de cerdo. Y el interés por expandir la producción es formidable, con varios grupos relevantes de productores incorporándose a la actividad para agregarle valor a sus granos.

Como para no ser optimistas…y bien informados. HÉCTOR HUERGO[email protected]