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ECONOMIA

28 de mayo de 2019

Vamos bien, podemos ir por más

Hola, cómo están? Yo amanecí con mucha energía. Mientras escribo estas líneas, desayunando con unos copos de maíz en el yogurt, miro el mercado de Chicago y veo que sigue el rally iniciado hace diez días.

Las lluvias intensas y continuas están demorando más de la cuenta las siembras en el corn belt de los EEUU y se acerca la fecha límite: tienen tiempo hasta el 5 de junio para que los que plantan puedan acceder al sistema de seguros. Está lloviendo en Indiana, el tercer estado en producción, y viene un frente desde el oeste, penetrando en Iowa, el número uno.

Nada es definitivo cuando se trata de los EEUU. Los farmers tienen una capacidad asombrosa de siembra. Pero los analistas coinciden en que será muy difícil lograr la cobertura proyectada cuando apenas tienen el 35% del maíz plantado y emergiendo. Con la soja, que comparte la superficie fifty fifty, tienen un poco más de tiempo. Hay algún temor de que parte de lo que no puedan sembrar de maíz pase a soja, pero la realidad es que “el yuyo” acompaña la trepada de las cotizaciones.

Con este telón de fondo, hoy se realiza en Parque Norte el Congreso de Maizar. Agarra a la cadena del maíz en un momento excepcional, no solo por el rally de los precios, sino porque estamos levantando la mayor cosecha de la historia, rozando las 50 millones de toneladas. Es el doble de lo que se produjo en promedio durante la era K. Desde que el gobierno de Macri unificó el mercado cambiario, terminó con las retenciones y liberó las exportaciones, se dispararon tanto la superficie cultivada como el uso de tecnología. Los rindes explotaron, arrimándose a las 10 toneladas por hectárea, equiparables a lo que obtienen los farmers del MidWest.

Hace pocos años, el maíz tomó el liderazgo en la producción mundial de cereales. La cosecha global alcanzó las mil millones de toneladas. Argentina representa el 5% de esta producción, pero empata con Brasil como el segundo exportador mundial con 32 millones de toneladas. Es decir, embarca dos tercios de la cosecha, aportando 5 mil millones de dólares a un país tan necesitado de divisas. Es el rubro más importante despues del complejo soja y la industria automotriz, aunque tiene una ventaja cualitativa: el balance de divisas es absolutamente superavitario, ya que para obtener esta producción prácticamente no hacen falta insumos importados.

Y está avanzando a los saltos en el uso interno. A la irrupción del engorde a corral, que explica hoy la mayor fuente de demanda de maíz, se suma la expansión del sector avícola, que también exporta cantidades crecientes. El pollo es maíz con alas. Se expande la producción de cerdos y ahora recibe el impulso de la apertura del mercado chino, cuando recrudece la crisis de la fiebre porcina africana. Y no solo en China: ayer mismo el ministro de Agricultura de Vietnam informó que mandarían a faena sanitaria a otros 300.000 cerdos afectados por la peste.

En los últimos cinco años, apareció una nueva demanda para el maíz: el etanol. La mitad del biocombustible que hoy se mezcla al 12% con la nafta proviene de este cereal. La otra mitad la provee la caña de azúcar. La elaboración de etanol de maíz genera un co-producto, la burlanda, que se utiliza para el engorde vacuno y la producción de leche. La cuenca etanolera de Córdoba se encuentra con un maná que le permite a la provincia no solo ser líder en producción de maíz y soja, sino que también se encamina a liderar en carne y leche. El etanol es alimento más energía.

Es lo que pasa en los EEUU, donde la industria del etanol reconfiguró el mapa ganadero. El 40% del maíz se destina a esta industria. Todos los feedlots competitivos y de escala se encuentran pegados a las plantas de etanol para aprovechar la burlanda húmeda (tiene menos de 30% de materia seca). Los que quedaron más lejos tienen que apelar a la burlanda seca, lo que implica asumir el costo de la secada.

Todo este fenómeno de la expansión maicera tiene un correlato fundamental. Es el cultivo que permitió darle sustentabilidad al sistema de producción, reduciendo la tendencia al monocultivo de soja. El disparate K, castigando a los cereales para obligar a producir más soja (castigada con 35% de retenciones) impedía la siembra de maíz y trigo. Ahora vamos por un modelo más equilibrado, donde al maíz se suma también la posibilidad de hacer trigo con todo el paquete tecnológico disponible.

Hoy tenemos el congreso de Maizar, pero la semana que viene se suma Trigar, en la provincia de Córdoba, que quiere también liderar en el cereal del pan. Si lo deja la provincia de Buenos Aires, cuyo ministro de Agroindustria Leo Sarquís no va a querer perder el primer lugar en el podio. El trigo también viene de una cosecha récord, recuperando posiciones como exportador, mejorando rendimiento y calidad sobre la base de un bagaje tecnológico que no para de crecer.

Vamos bien. Podemos ir por más. Fuente HÉCTOR HUERGO[email protected]

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