Viernes 29 de Marzo de 2024

  • 21º

SOCIEDAD

20 de mayo de 2018

Nuevo Origen, una cerveza bien pampeana

Nuevo Origen es la fábrica de cerveza artesanal más importante de La Pampa: tiene su planta en Ataliva Roca, dos locales en Santa Rosa y vende hacia todo el país.

“Hay un cambio de hábito en la gente”, dice Marcelo Braga sobre el ‘boom’ de probar “otro sabor”.
El caso genera distintos estudios y análisis porque el contraste es evidente: mientras la tendencia mundial del mercado se acentúa cada vez más con un puñado de empresas que en distintos rubros dominan todo, en el universo cervecero los emprendedores no solo crecen sino que generan cada vez más empleo. Y ese “boom” artesanal no solo desembarcó hace unos años en el país sino que también se extendió a nuestra provincia, con Nuevo Origen como puntal en cuanto a tamaño, calidad, producción, venta y proyección.
“En 2007 junto con mi mujer hicimos un curso de elaboración de cerveza y nos gustó. Estuvimos un año investigando y nos compramos nuestro primer equipo de 20 litros para hacer en casa. Durante dos años y medio fuimos elaborando y probando y surgió la idea de hacer una fábrica, así que en 2011 arrancamos. En ese momento era mucho más chico el mercado y mucho más difícil vender una artesanal”. 
Marcelo Braga (35) es ingeniero industrial e ingeniero en alimentos. Nacido en Capital Federal, vivió la mayor parte de su vida en la bonaerense Carlos Casares, luego pasó por Neuquén y de allí a La Reforma, a un campo familiar. En esa localidad del oeste pampeano se produjo el nacimiento de Nuevo Origen Microcervecería.
“Arranqué produciendo para mí y vendía 300 litros por mes.. De a poquito fue creciendo y al tiempo se vendían 3 mil litros y tuvimos que cambiar de equipos. El tema fue que en La Reforma se nos complicaba porque no había gas natural, teníamos que traer el agua potable desde El Carancho y no pasaba ningún transporte. Por eso en 2015 nos decidimos y compramos la planta en Ataliva Roca. Desde ahí el crecimiento fue exponencial”.
Un crédito del gobierno provincial le permitió a Braga comprar el espacio que hoy se aprecia desde la ruta nacional 35, cerca del ingreso a Ataliva. Ahí, una fábrica que tiene instalado un sistema con paneles solares (“nuestro objetivo es que en 2023 la mitad de la energía que consumimos en la planta sea generada con nuestros propios medios”) elabora entre 12 y 14 variedades de cervezas artesanales con una producción que en febrero alcanzó los 32 mil litros mensuales gracias al trabajo de 20 personas “más toda la gente que lo hace de manera tercerizada, nos asesora o trabaja part time. Somos un equipo importante”, resalta Braga.
“El boom de la artesanal ya venía de antes. Cuando nos mudamos a Ataliva estábamos en 8 mil litros mensuales, hoy en 32 mil que es el promedio de una cervecería artesanal entre mediana y grande del país”. Casi el 30 por ciento de la producción se vende en Santa Rosa, en el local que Nuevo Origen tiene en la calle Quintana y desde el pasado lunes en pleno centro con el puesto cervecero que se abrió en Juan B. Justo.
En expansión.
“Cuando arrancamos, el 99 por ciento se vendía afuera porque en La Reforma el mercado es mínimo, así que las cervezas iban a Buenos Aires, Rosario, Bahía Blanca, Mar del Plata. Hoy llegamos a casi todo el país, desde Chubut a Mendoza, Neuquén, Río Negro, hasta Entre Ríos. Ahora apuntamos al norte porque es el único lugar donde nos falta entrar”.
En la Argentina hay unas 600 microcervecerías, según un relevamiento de la Cámara de Cerveceros Artesanales de Argentina (CCAA). Solo en la provincia de Buenos Aires el crecimiento anual de nuevas fábricas durante 2017 fue del 25 % y del 15 % en el resto del país (en La Pampa es notoria también la cantidad de emprendedores y de nuevos lugares para degustar y comprar, sobre todo en Santa Rosa y General Pico). 
Para muchos, el fenómeno se asimila con otros como los que ocurrieron con los parripollos, los videoclubes o las canchas de paddle. Un boom al que muchos se suben pero que después se desploma tan rápido como ascendió. Para Braga, en cambio, la comparación no es válida.
“Cuando vos tomás una buena cerveza artesanal es difícil que vuelvas atrás, hay un cambio de hábito en la gente y está comprobado que es así, que no se vuelve atrás. En los ’90 pasó con el vino, que cambió el comportamiento de la gente y hubo un interés por tomar algo de mayor calidad, entonces los súper instalaron góndolas larguísimas con vinos, surgieron bares dedicados exclusivamente y eso quedó instalado, entonces esa es la diferencia con los parripollos o el paddle. Hay un cambio cultural en la gente a la hora de tomar cerveza y hoy el consumo de la artesanal significa solo un dos por ciento del mercado, por lo tanto se puede crecer mucho más”.
Braga sí admite que “se llegó a un límite en lo que es la modalidad de vender cerveza tirada en bares, hay que empezar a vender en otros lugares: negocios, góndolas, supermercados. Hay que ir hacia eso para no quedarse en un nicho”.
¿Qué provocó este interés en el consumidor: había un público ávido o ustedes lo impusieron?
“Creo que había mucho público que esperaba un lugar así y nosotros también generamos mucho mercado. Nuestra idea era educar a la gente en el tema de la cerveza y hacer una gastronomía acorde, salir de la típica pizza y darle una vuelta de tuerca a todo para que la gente se dé cuenta que puede tomar una cerveza con 12 por ciento de alcohol junto con un postre de chocolate o una cerveza belga con una comida picante. Eso abrió el juego y la educación cervecera. También el hecho de brindar cursos de elaboración, siempre gratuitos, cursos de cata, de degustación. Generar mercado a través de la educación siempre fue una apuesta de nuestra pyme”.
¿Y cuál es la diferencia entre una artesanal y una industrial?
“El gusto y la variedad es la diferencia, pero a mí no me gusta mucho esa diferenciación porque hay grandes cervezas industriales y muy malas artesanales. El tema es que cuando probás una buena cerveza te das cuenta enseguida porque tiene cuerpo, sabor, aroma; porque te dan ganas de tomarla, no te cansa, no te hace mal. Las diferencias son muchísimas más allá de la elaboración aunque en realidad si son buenas no se diferencian tanto. La calidad es la clave”.

 

La “Criolla” pampeana
Si algo no le falta a Nuevo Origen es empuje emprendedor. Los planes incluyen la apertura de otro puesto cervecero y, sobre todo, el lanzamiento de la primera cerveza pampeana que se venderá en lata, con el sello de un producto hecho “ciento por ciento” en la provincia.
“En 20 días ya largamos la campaña de promoción. El formato va a ser de latas de 473 mililitros y por ahora solo se venderá en Santa Rosa. Nosotros vamos a hacer la distribución en camiones refrigerados y solo se va a vender en locales que tengan heladeras disponibles para que el producto nunca pierda el frío. Al principio probaremos y la idea es extenderse a otras provincias”, explicó Braga sobre el primer estilo a enlatar que será la dorada pampeana, la ‘Criolla’.
“Siempre tratamos de destacar que somos una cerveza de La Pampa y lo de la lata está enfocado en eso, en que el que la tome pueda sentirse orgulloso y la identifique”, contó el empresario, que mantiene un contacto fluido con el Ministerio de la Producción de la provincia “porque ellos ven que es una actividad que crece mucho y siempre están interesados y se preocupan en saber cómo vamos”. La apuesta es llegar a los 150 mil litros mensuales. “Hicimos una fábrica pensando que de acá a cinco años podríamos producir cinco veces lo que hacemos hoy. La inversión ya está hecha, ahora hay que salir a vender”. Fuente La Arena

COMPARTIR:

Comentarios

Escribir un comentario »

Aun no hay comentarios, s�� el primero en escribir uno!