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LOCALES

15 de noviembre de 2016

De Guatraché a Serbia persiguiendo sueños

Para Rober no hay un futuro definido pero sí sabe que en algún momento volverá.

A su llegada se instaló en Belgrado, pero el trabajo lo llevó a Novi Sad, una ciudad que hace culto “de la puntualidad”.
Su historia tiene varios en puntos en común con muchas otras: alguien que se cansa de tanto trabajo, tantas responsabilidades y tantos esfuerzos para alcanzar lo material. En la cabeza comienza a crecer la idea de un “basta” y ese día llega: hay que salir a cumplir sueños y deseos, y eso fue lo que hizo Rober, que dejó la laguna de Guatraché para irse a la orilla del río Danubio, en la zona de los Balcanes europeos donde está la ciudad serbia de Novi Sad, el lugar donde vive y trabaja desde inicios de este año.
“Vivir en otro país y en otra cultura era algo que tenía presente hacía tiempo, pero la verdad que siempre estaba enfocado en otras cosas, básicamente en lo material. No tenía tiempo para andar cumpliendo sueños que no tuvieran que ver con lo profesional o económico. Y eso fue así hasta el año 2014, en donde el trabajo ya se había hecho muy pesado, jornadas interminables, de mucha presión, y otros problemas fuera de lo laboral, me llevaron obligado a cambiar de rumbo”, contó Rober Fuhr (34 años) sobre el origen de su partida.
Rober nació en Darregueira y luego vivió en San Miguel Arcángel, una colonia de alemanes del Volga. Poco tiempo después se instaló en Gascón, “pueblitos muy chiquitos cerca de Guatraché”. Hasta que a los 6 años, por el trabajo de su papá, se mudó definitivamente con su familia a esa localidad pampeana.
“Me crié en Guatraché. De chico jugué al fútbol y después comencé a ir a los Scouts, desde los 8 hasta los 18 años, cuando me fui a estudiar a Bahía Blanca. Era el año 2001 y mis viejos hicieron un esfuerzo enorme para que pudiera estudiar Licenciatura en Economía”, recordó sobre sus padres Norma y Oscar, una familia que completa con otros tres hermanos: Nicolás, Facundo y Dino. “Hay que tener en cuenta que éramos una familia de seis miembros y con un solo ingreso. Siempre digo que mis papás o tenían mucho coraje o no sabían bien a lo que se enfrentaban”, resaltó con una sonrisa a la distancia.
“Mis viejos siempre me apoyaron, incluso en estas cosas poco habituales. Me acuerdo cuando les dije que iba a venir a vivir a estos lados mi papá me dice: ‘¿Pero por qué no podés ser como tus hermanos vos?’. No es fácil para ellos tener un hijo lejos pero siempre están presentes, al igual que mis hermanos”, añadió.

Fuente: La Arena.

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