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POLICIALES

23 de noviembre de 2017

Una investigación rodeada de misterios

La desaparición o posible homicidio del trabajador rural rionegrino, Ricardo Esteban Machuca

El primer fiscal del caso, José Luis Coito, además del equipo que se sumó a la investigación, tiene un enigma en sus manos, digno de los mejores ejemplos del género policial. Los misterios del caso. Apuntan a una desaparición o posible homicidio.

Los investigadores de la desaparición o posible homicidio del trabajador rural rionegrino, Ricardo Esteban Machuca, descartan que el cuerpo esté en el río porque se rastrilló con buzos y en la superficie y no se halló nada. Además, el cauce tiene una parte baja, río abajo, en la que, suponen, hubiese quedado atrapado.

El campo de 1500 hectáreas tiene un camino que lo atraviesa. Se rastrilló cinco kilómetros a cada lado de la traza sin resultados. El dueño del campo, Andrés Alencastre, propuso en las últimas horas a los fiscales un rastrillaje más minucioso, con caballos, que el fiscal dispondrá en los próximos días.

Alencastre declaró como testigo. No tiene antecedentes penales. Heredó el campo, tiene una chacra en Regina y su madre un geriátrico. Pero también es la última persona que vio al peón. Y quién entregó la ropa, los documentos y los celulares en la comisaría de Duval, recién dos días después de la supuesta desaparición.

En la declaración, dijo que encontró la comida preparada, sin tocar, en la mesa de la cocina del campo. Esto llamó mucho la atención de los investigadores. ¿Qué le pasó al peón rural? ¿Por qué no llegó a comer?

La camioneta de Alencastre fue secuestrada por la policía. Hallaron rastros de sangre en la caja, pero no pertenecían a un ser humano, sino a animales, según los resultados de las pericias.

Otro misterio: cuatro testigos dijeron haber visto al peón en Villa Regina la semana posterior a la denuncia de la desaparición. Según los investigadores, los testigos son creíbles. Uno es un policía retirado. No se conocen entre sí. Además, coincide la descripción de la vestimenta de Machuca en los cuatro relatos.

Un puestero que vive del otro lado del río, a 90 metros, puede ver la casa del predio de Duval porque está en una altura del terreno. Declaró que no vio a Machuca y que pensaba que no había nadie, no observó movimientos. La zona es inhóspita. “La nada misma”, describió uno de los pesquisas.

Desde la comisaría de Duval, el comisario informó al fiscal desde el primer momento que había algo “raro” en la exposición y se investigó como “posible homicidio”, según fuentes de la fiscalía.

Los fiscales tomaron declaraciones en Duval y en Regina a personas que figuraban entre los contactos de Machuca, eventualmente sospechosas. Son personas relacionadas con actividades clandestinas, como carreras de perros, caballos o paso de carne al otro lado de la barrera sanitaria. Por ahora, no encontraron evidencias que comprometan a alguien.

Entre los investigadores caracterizan a Machuca como “un pibe excelente”, sin antecedentes ni enemigos manifiestos que pudiesen tener interés en ajustar algún tipo de cuentas.

El escenario de la desaparición no quedó preservado para las pericias. El dueño del campo dijo que no lo encontró el 13, pero recién hizo la exposición dos días después, el 15. En ese interín, se quedó a dormir una noche en el lugar, según declaró. Los peritos de Criminalístia y los perros de búsqueda llegaron al campo el 18.

Unos días después la familia llevó al campo a una parapsicóloga, que indicó algunos lugares de búsqueda. Allí apareció un papel manuscrito con dos papeles de 50 pesos y anotaciones de cantidades de kilos. “La vidente dijo que se refería a droga. Pero también podría ser carne. No prueba nada. Además, Criminalística ya había estado allí. Alguien la podría haber puesto después”, relativizaron en fiscalía.

Entre las hipótesis que no se descartan, está la de un accidente. Machuca era un hábil nadador. Pero podría haberle pasado algo dentro del predio y quedar a merced de los jotes o los pumas de la zona. fuente El Diario

 

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