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PROVINCIALES

5 de enero de 2017

53ª FIESTA PROVINCIAL

Los Reyes Magos les dieron a los chicos el mejor regalo en Sierra de la Ventana

  Eran unos 10, 11 metros hasta el pesebre; casi un penal. Hacia atrás, una cola larguísima se perdía entre la gente, pero los chicos –algunos solos y otros acompañados por sus padres-- la hacían casi pacientemente. En el frente, Melchor, Gaspar y Baltasar, como en un cuento, un sueño, una fantasía, esperándolos para darles un juguete.

   Llegaba el momento y esos 20 pasos eran larguísimos, entre nervios y risas mirando a los reyes, a sus padres y a su alrededor. Las sonrisas, de oreja a oreja; las miradas, entusiasmadas; las manos, temblorosas.

   “Hola, soy…” Martín, Lourdes, Laureano, Mariana, Maximiliano, Belén, Guillermo, Anahí, Juan Ignacio, Morena, Octavio, Selene… Pasaron todos los nombres habidos y por haber; y varios se repitieron. Un juguete, un beso y un abrazo a los Reyes, una o varias fotos, y la vuelta con el pecho inflado de alegría.

   “¿Qué te tocó? ¿Qué te regalaron?”, preguntaban los grandes. Un beso, un abrazo y un recuerdo imborrable. Ah, ¿qué juguete? Una muñeca, una pelota, un autito, un ludomatic… ¿Importa?

   Como todos los años, la Fiesta Provincial de los Reyes Magos de Sierra de la Ventana no defraudó a nadie. Hubo música y juegos para los más chicos, se estrenó el Centro Cultural como lugar del evento (ante una multitud de casi 15.000 personas) y hubo un extenso espectáculo de fuegos artificiales. ¿El clima? Sí, un poco fresco para una noche de verano, pero se soportaba con una campera fina o buzo.

 Un párrafo aparte mereció el espectáculo "Cantemos con Adriana", que hizo cantar, bailar y aplaudir tanto a grandes como a chicos.

   Por supuesto, la liturgia se respetó al detalle. Cuando el reloj marcaba las 21, las tres bengalas que anuncian el descenso de los reyes a caballo desde el cerro Ceferino iluminaron la noche serrana. Desde ahí, comenzó una larga espera de unos 50 minutos hasta que los enviados de Oriente arribaran hasta el Centro Cultural donde, rodeados de los bomberos voluntarios, llegaron hasta el pesebre y presentaron sus respetos y regalos a la Sagrada Familia.

   Además, por primera vez, una pantalla gigante mostraba en vivo las imágenes del trayecto de Melchor, Gaspar y Baltasar desde las sierras hasta el predio.

   En total, desde la comuna de Tornquist se invirtieron alrededor de 400 mil pesos para la compra de unos 8.000 juguetes, que fueron repartidos entre los chicos que concurrieron a la fiesta, además de la contratación de los espectáculos.

Fue la última edición provincial

   El intendente de Tornquist, Sergio Bordoni, aseguró que la de esta noche fue la última edición provincial de la fiesta, ya que se presentaron todos los papeles necesarios para que, a partir del año, que viene sea declarada de interés nacional.

   “Será algo importantísimo para la celebración. Sierra de la Ventana lleva años haciendo esta fiesta, y esta declaratoria le permitirá darle la trascendencia que merece”, destacó el jefe comunal, quien remarcó que sería la primera fiesta nacional que se desarrollaría en el territorio de Tornquist.

   Además, destacó que fue un acierto el cambio de lugar de la celebración —una medida que fue muy resistida, principalmente por los comerciantes del sector céntrico, que planean presentar una queja ante la comuna—, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de gente que había en el predio del Centro Cultural, estimada al alrededor de 15.000 personas.

   “Innovar no es fácil, pero a la vista está que fue una medida acertada. La principal razón es la cuestión de seguridad, por los cables de alta tensión que hay sobre avenida Roca; y también es cierto que el año pasado no quedaba más lugar para la gente”, reconoció.

   “El cambio ha sido importantísimo y la gente nos ha acompañado”, añadió Bordoni.

“El cambio fue un desafío importantísimo”

   Desde la organización, Sergio Domínguez, tesorero de los Bomberos Voluntarios de Sierra de la Ventana, entidad madre de esta movida, reconoció que el cambio de lugar fue “un desafío importantísimo”.

   “El año pasado ya veíamos que el desborde de la gente era muy grande, y desde bomberos queremos la comodidad del turista. Hoy los vemos en este lugar —por el predio del Centro Cultural—, con reposeras, sillas, mesas y equipos de mate, y vemos que estuvo bien”, remarcó.

   “Puede haber generado el descontento en la gente, porque era lo que se acostumbraba, pero Sierra de la Ventana ha crecido muchísimo en los últimos diez años, y no podíamos quedarnos dormidos”, agregó. fuente la nueva

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