Todavía no había cumplido 20 años y ya había debutado en la Primera División del Más Grande. Con 19 primaveras, el 6 de mayo de 1945, Amadeo Carrizo disputó su primer partido oficial en la máxima categoría de River. Así, quien se convertiría en Presidente Honorario del Club y en una gloria del arco a nivel nacional y mundial, empezó a escribir las primeras páginas de una historia gloriosa con la Banda.

Cuando el joven nacido en Rufino jugó sus primeros minutos oficiales en el Millonario, la delantera más famosa de la Argentina, la “Máquina”, desplegaba su maravilloso fútbol sobre el verde césped. River le ganó 2-1 a Independiente (el gol de los de Avellaneda fue de Cerviño) y, tras este encuentro, Amadeo retornó a su categoría.

En 1947 le tocó el servicio militar en la aeronáutica. Luego, formó parte del plantel que realizó una gira por Brasil y, a su regreso, se reincorporó a la Base Aérea El Palomar. “Empezó el campeonato con una goleada a Lanús y con Héctor Grisetti como arquero titular. River era una aplanadora: ganó el título por seis puntos de ventaja y convirtió noventa goles, a razón de tres por partido. Fue el año de la consagración de Di Stéfano. Grisetti atajó muy bien y siguió firme en el puesto. Yo, por entonces, no podía ni oler el arco…”, dijo Carrizo.

Un año más tarde, en la cuarta fecha, el arquero volvió a aparecer en Primera: fue en un empate 1-1 con Lanús. En la quinta jornada retornó Grisetti (fue 2-2 frente a Racing), pero en la sexta, las manos de Amadeo se instalaron abajo de los tres palos de manera definitiva (en un 0-2 con Huracán).

La historia de Amadeo en River fue inigualable: disputó 522 partidos oficiales en Primera (entre 1944 y 1968), con un récord de 769 minutos sin recibir goles (en 1968). Obtuvo nueve títulos (seis oficiales) y durante 21 temporadas ininterrumpidas fue el arquero titular de la Banda.