El geógrafo y docente de la Universidad Nacional del Comahue Javier Grosso elaboró un informe y un mapa de lo que calificó como “una problemática emergente” a partir del desarrollo de yacimientos de hidrocarburos no convencionales con la técnica de hidrofractura o fracking.

Grosso ubicó a “los movimientos sísmicos con epicentro entre 4000 y 12000 metros de profundidad, que se vinculan con fallas geológicas que se reactivaron, y los pozos para extracción de hidrocarburos con uso de fracking, con una profundidad de entre 3000 y 6000 metros”.

“El corte temporal abarca el período 2015-2019, que coincide con el boom de la explotación de la formación Vaca Muerta”, indicó el estudio que se basó en la información suministrada por la Subsecretaría de Energía, Minería e Hidrocarburos de la Nación, el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) y el Centro Sismológico de Chile.

“¿Hay relación entre el incremento de la actividad sísmica y el fracking en Vaca Muerta?», se cuestionó Grosso.

“La pregunta hasta el momento sigue sin respuesta; que la tierra tiembla, no hay dudas, la incertidumbre sobre la causa es un elemento de fuerza suficiente para aplicar el principio de precaución y detener el fracking”, afirmó el docente. 

El 27 de junio pasado, el gobierno de Neuquén instaló sismógrafos en Sauzal Bonito y en Añelo para determinar las causas de reiterados temblores percibidos por la población de esa zona en los últimos meses.

En Sauzal Bonito el sismógrafo se instaló en el ejido urbano porque cuenta con buena conectividad, mientras que en Añelo el equipo funciona cerca de la localidad en una zona elevada. (Télam)