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1 de abril de 2016

Los marineros que salvaron sus vidas por tomar mate

La yerba mate en Argentina es parte de su identidad y esencia, pero también parte de su historia. ¿Quién cuando piensa en el gaucho argentino, no lo imagina acodado en un alambrado del campo con un amargo en la mano?

Pero su historia y trascendencia en Argentina va mucho más allá en el tiempo, por ejemplo, los barcos que antiguamente salían desde América del Sur, eran los únicos que no contabilizaban muertes por escorbuto, enfermedad que se produce por la falta de vitamina C y debilita progresivamente todo el cuerpo hasta el fallecimiento. Los marineros, en su mayoría procedentes de Corrientes y Entre Ríos habían consumido toda su vida la yerba mate.

La costumbre de tomar mate fue heredada de los guaraníes, quienes usaban una caña perforada como bombilla y les aportaba energía. La sociedad virreinal adoptó esa costumbre enseguida, sin distinguir clases sociales. El gaucho, habituado a alimentarse sólo de carne y mate, no sufría escorbuto por el aporte de vitamina C que se encuentra en el mate, además de ser antioxidante y aumentar el sistema inmunológico.  El escorbuto durante años arrasó a barcos de todo el mundo, siendo un misterio el origen de la enfermedad, barcos enteros llegaban a destino sin tripulantes debido a que todos morían en el trayecto. En la actualidad, si bien el escorbuto no es una enfermedad recurrente, debe prestarse atención a la falta de Vitamina C, ya que la enfermedad puede aparecer en personas que fuman o que están expuestas constantemente al humo de colectivos y autos, al smog de una gran ciudad.  El mate es el gran aliado desde tiempos inmemorables, para cuidar la salud de los argentinos, además de ser el que convoca a reunirse y conversar.  Para consumir con el mate una buena cantidad de vitamina C, cercana a los 75 miligramos, hace falta tomar unos 16 mates y a partir del décimo mate los niveles de la vitamina decaen, por lo cual es recomendable en ese momento cambiar por completo la yerba.

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