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DEPORTES

28 de mayo de 2015

Mineirazo Plate

River hizo historia en pleno Belo Horizonte ante Cruzeiro, su bestia negra en torneos internacionales: 3-0 para lograr el pasaje a semifinales de la Libertadores. Gran tarea colectiva del equipo de Gallardo. Sánchez, Maidana y Gutiérrez, los goles. Ahora, espera por Racing o Guaraní.

La historia decía que Cruzeiro siempre había eliminado a River de torneos internacionales. Cinco cruces -entre ellos dos finales en 1976 y 1991- y cinco festejos brasileños. Las estadísticas y los números no jugaban a favor de la Banda. Sin embargo, los de Muñeco Gallardo preferían no hacer caso. Hacer oídos sordos y soñar, a pesar de estar 0-1 en la serie. Concentración, confianza y espíritu. Ingredientes perfectos que sirvieron para torcer  de una buena vez la historia y escribir una página dorada. Sin dudas, lo del Millo fue, valga la redundancia, histórico. Sublime trabajo en Belo Horizonte, en el mismísimo Mineirao, sacándose de encima a su gran karma copero y quedándose con un 3-0 para recordar por siempre. Encima, logrando el pasaje a semifinales después de la Copa América. Espera por Racing o Guaraní, que definen este jueves. Su mejor actuación en esta Libertadores 2015.

Si a River le había faltado juego y determinación en el Monumental, en Brasil se vio todo lo contrario. Porque desde el primer minuto, lo del equipo de Gallardo fue clarito: presionar al rival, no dejarle espacios, actitud para jugar la pelota y constante voracidad ofensiva. A los 20 minutos y monedas, Mora, el eterno luchador en ataque, aguantó una pelota, se la cedió a Teo y éste, de forma magistral, habilitó a Sánchez para poner el 1-0. Si bien Cruzeiro intentó crecer en los minutos siguientes, fue bien controlado por River, que intentó tomar algo de aire. Y cuando lo recuperó, otra vez fue letal. Ponzio, estandarte a la hora de presionar, se lo perdió tras otro gran pase de Gutiérrez. Pero en la siguiente, con una defensa local totalmente dormida, Maidana le sacó petróleo a una pelota parada y estampó el 2-0 de cabeza para el festejo de todo los riverplatenses. Para enmudecer las más de 50 mil almas en el Mineirao.

Los torcedores se aferran a la ínfima ilusión en el segundo tiempo. Pero el visitante, letal, se encargó de disiparla bien  temprano en esa segunda mitad. Porque Teo Gutiérrez, que jugó su mejor partido en largo tiempo, hizo una gran jugada individual tras un cabezazo de Mora para habilitarlo: el cafetero se sacó de encima a Bruno y definió con categoría al segundo palo. El golpe de nocaut a las esperanzas de Cruzeiro, desapararecido en cancha. Aplastante lo del Millonario, sólido y con un alto nivel en todas sus líneas.

   

A partir de ahí, se terminó el encuentro. Todo a pedir del elenco de Gallardo, que contó hasta con la ayuda de la suerte, con el remate de Damiao que dio en el palo y se fue afuera. O el de Alisson que dio en el travesaño. Un verdadero delirio de los casi dos mil fanáticos de la Banda. Para colmo, cerrando una noche para el olvido, los locales terminaron con diez por expulsión de Gabriel.

Este River que tanto ha sufrido en esta Copa, con la angustiosa clasificación a octavos, todo lo extrafutbolístico que rodeó a la serie con Boca y cuando algunos ya lo daban por eliminado en cuartos, dio otra muestra de carácter y le avisa a toda América que quiere su tercera Libertadores. Por lo pronto, de puño, letra y juego, escribió que quiere llegar lejos. Y, con esta actuación, sacó chapa para hacerlo.

 

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