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25 de julio de 2020

Para Fernando Cafasso, la "Gloria" siempre estuvo cerca de casa

El exfutbolista de Jacinto Aráuz, luego de un gran recorrido, volverá a vivir cerca de su pagos, pero esta vez como kinesiólogo.

 Fernando Cafasso siempre estuvo preparado. Como cuando le tocó debutar con 14 años en su querido Villa Mengelle de Jacinto Aráuz o como cuando tuvo que hacer su estreno en el fútbol grande de la Argentina con la camiseta de Newell's o como cuando tomó la decisión de regresar al país para desarrollar la carrera de kinesiología. El ex lateralista está acostumbrado a los desafíos y ahora volverá a las fuentes. Se instalará en Darregueira con un emprendimiento propio, pero sin perder la esencia y la pasión por el fútbol, ese que lo llevó a destinos impensados.

   A punto de armar el bolso, “Sati” --como lo apodan por sus pagos-- le contó a La Nueva sus sueños y repasó su rica trayectoria.

   --¿Extrañás el futbol?

  --Hay muchas cosas que sí. El vestuario, preparar los partidos, la adrenalina antes de salir por el túnel y jugar por cosas importantes, que a lo largo de mi carrera, sea por el ascenso, el descenso o un campeonato, siempre lo viví. Extraño esa cosquilla en la panza, pero estoy muy contento con el campeonato que estoy jugando en la LIDA (Liga de Profesionales), que también hay emociones y se juega para ganar. Además se disfruta mucho y me ayuda a seguir con esas sensaciones que tiene el fútbol. Estoy muy contento con eso y con el grupo de Médicos A, que siempre me trato de primera y por suerte pudimos ganar el campeonato después de mucho tiempo. Tuve el vicio bien contenido. 

–Tuviste más que una interesante carrera. ¿Qué sensaciones te dejó?

   --Sinceramente no me quejo. Jugué todas las divisiones del fútbol argentino, con excepción de la B Metro y torneos muy lindos fuera del país. Lo disfruté mucho. Me podría haber ido un poco mejor si es que alguna lesión no hubiese aparecido en momentos claves de mi carrera, pero estoy más que conforme.

   --¿Cómo viviste el fútbol?

   --Siempre viví el fútbol de manera muy intensa. Estaba toda la semana pensando en el fin de semana para ir a  jugar.

   --¿Qué te gusta y qué no de este deporte?

   --Me gusta la pasión; esas cosquillas en la panza que te agarra cuando está por empezar el partido, el vestuario, las amistades, las charlas... Y lo que no me gusta son los manejos de personas que, por ganar un mango, actúan de mala fe o se fijen solo en sus intereses.

   --¿En qué momento de tu trayecto como futbolista empezaste a pensar en la kinesiología?  Cuando estuve en Newell's hice dos años de medicina. Incluso, ya había averiguado para estudiar kinesiología, pero en ese momento me decidí por medicina. Después viajé mucho y no pude darle continuidad. Sin embargo, cuando me lesione la rodilla fui a rehabilitarme a Buenos Aires con un amigo y ex compañero, el “Chispa” Cogliandro (Diego). El estudió mientras jugaba y me dijo que me anime. Y esa idea me quedó picando. Y a los 30 años me vine a Bahía a estudiar, pese a que pude haber seguido jugando en Rumania. 

Casualmente Rumania no fue un país más en tu recorrido. ¿No?

   --La verdad que no porque conocí a mi mujer  (Gabriela Danila) cuando fui a pagar el alquiler del departamento. Ella era amiga de la dueña y, cuando nos presentamos, me di cuenta que hablaba perfectamente español. La ciudad era muy chica, así que volvimos a hablar y quedamos en tomar algo una tarde. El rumano tiene origen latino y por eso no es tan distinto al español o al italiano; hay muchas palabras parecidas y es entendible.
   “Al principio, en el equipo, yo me comunicaba en italiano, pero después el técnico me dijo que hablara rumano, así que lo tuve que aprender y terminé siendo el primer capitán extranjero del club”.

   --¿Y en lo deportivo cómo te fue?

   --Me trataron muy bien. El club tenía problemas institucionales, pero destaco muchas cosas positivas. Me tocó jugar un lindo torneo, con equipos grandes y jugadores rumanos de selección. Nos salvamos del descenso, pero un ente recaudador de impuestos nos hizo descender. Nos obligaron a quedarnos a todos los del plantel y volvimos a Primera. Luego, me vine al país tres meses antes de que termine mi contrato, después de estar dos años en Rumania. El saldo fue positivo, aunque ya estaba pensando en venir para seguir jugando, pero enfocado en la posibilidad de estudiar kinesiología. 

¿Llegás y surge lo de Tiro Federal?

   --Llegué en febrero o marzo de 2013 y tenía que rendir el ingreso a la carrera de kinesiología. Me puse a averiguar por algunos clubes de acá y Luciano Tour, un chico que jugó de Olimpo y es de Jacinto Aráuz, le comentó a Fernando Bonacci que yo quería jugar al fútbol mientras estudiaba. Hubo una disputa entre Liniers y Tiro y opté por este último porque Bonacci me llevó a conocer el club, el gimnasio, la cancha, entre otras cosas. Los noté más interesados que a los de Liniers y enseguida arreglamos. Pude jugar sólo el Federal la primera mitad del año porque ya no había cupos en la Liga, torneo en el que los chicos salieron campeones.

   --Imagino que guardás muy lindos recuerdos.

   --Sin dudas. Tiro Federal va a quedar siempre en mi corazón. Fue el club donde más años jugué y donde nos pasaron cosas impensadas. Conocí gente de primera.

   --Luego, finalmente se da lo de Liniers.

   --Claro. Incluso me recibí mientras estaba jugando en Liniers. Tuve mucha mala suerte, no pude jugar tanto porque me golpee el coxis, también el dedo gordo del pie y me desgarré el sóleo. Jugué 7 u 8 partidos en todo el semestre; una bronca... Y opté por darle más continuidad a la kinesiología que al fútbol y, a pesar de que Walter Carrio me dijo que me quedara, preferí irme a Jacinto Aráuz (Villa Mengelle). Le pedí disculpas porque me trató de primera.  

“En síntesis, a pesar de no haber cumplido con las expectativas, me trataron muy bien. Eso demuestra que no siempre hay malos comportamientos en los dirigentes, entrenadores y gente que rodea algunos clubes. Espero haber dejado algún consejo, buena conducta y compañerismo, aunque me hubiese gustado haber dejado mejores recuerdos futbolísticos”.

   –Paradoja de la vida tu último club fue el de tus amores.

   --La verdad que sí. Me di el gusto de jugar el segundo semestre de 2018 en Villa Mengelle. Incluso, compartí la cancha con el "Pampa" Mauro Olivi. 

Luego empezaron a llegar otros desafíos, esta vez desde lo profesional, como lo de Bahía Basket.

   --Tal cual. Un trabajo que me encantaba, con desafíos importantes en cuanto a lo profesional. Pero estar full time con giras que duraban muchos días, justo cuando mi hijo tenía pocos meses, hizo que me replantee algunas cosas. En toda mi carrera no tuve fines de semana y con Bahía Basket me estaba pasando algo parecido. Estaba a cargo de Liga de Desarrollo y Liga Nacional y estaba solo. Era muchísimo tiempo en el club y poco  en casa.

   El tiempo siguió corriendo y mientras Fernando cumplía funciones laborales en el centro de Cirugía Osteopatía y Rehabilitación (COR), llegó la oportunidad de volver al pago chico e instalarse en Darregueira.

   "Además de una apuesta profesional, también es un cambio de estilo de vida. Lo hablé con mi esposa y mi familia y acordamos que podemos hacer que mi hijo tenga una infancia como la que tuve yo, donde agarre la bici y se vaya a la escuela solo y tenga libertades que en una ciudad es más difícil que las tenga. Conozco Darregueira porque mis padres son de allá, tengo a mi hermana Ana Clara viviendo allá y decidimos abrir mi consultorio de kinesiología, que se va a llamar Athlima (que significa deporte en griego). Estamos contentos por la decisión", sostuvo entre sonrisas. 

--¿Hace falta que te pregunte cuál es tu lugar en el mundo?

   --Por la infancia que tuve, sin dudas que Jacinto Aráuz.

  --¿Qué sueños tenés?

   --Ver crecer a mi hijo feliz.

“La torrrmenta pampeana”


   Fernando jugó en Paraguay, Grecia y Rumania, pero también pasó por las inferiores de River y debutó en la elite del fútbol argentino en Newell's. Y guarda una anécdota muy particular.

   "Tengo varias  a lo largo de mi carrera, pero una graciosa era como me arengaba el 'Bambino' Veira (Héctor). Me gritaba 'la torrrmenta pampeana', e incluso salió en el diario que el 'Bambino” tenía al Roberto Carlos blanco en su plantel y pronto lo haría debutar. Me han gastado bastante y hasta el día de hoy algunos compañeros me dicen tormenta, ja, ja", recordó entre risas. 

-¿Qué significó ese paso por Newell's?

   --Haber pasado por NOB (Newell's Old Boys) fue algo hermoso porque cumplí el sueño de jugar con monstruos, en una ciudad donde se respira fútbol.

   --En Italia, ¿te dirigió Abel Balbo?

   --Sí, tal cual. En Treviso jugué Serie B y enfrentamos a grandes equipos como Bari y Parma. Compartí plantel con jugadores como Bonucci (Leonardo), que después hizo la carrera que hizo. El torneo en sí fue muy competitivo y con canchas muy lindas. Justo me tocó un técnico que yo no era de su agrado, pero a base de machacar pude jugar algunos minutos. Después renunció y llegó Abel Balbo, que estuvo cuatro partidos y los jugué todos. Incluso, le pude convertir un gol a Sassuolo y anduve muy bien. Pero por el mal momento económico de Trevisso, Balbo se fue y volvió el técnico anterior. Ese técnico es Luca Gotti, quien ahora está en Udinese. Yo llegué con 25 años y pensé que sabía mucho de táctica, pero a cada rato sonaba el silbato para retarme.

  --¿Cómo recordás el debut en Primera?

   --La previa, con nervios. Pude disfrutarlo a pesar de que a los 30 segundos ya perdíamos contra Arsenal, con un gol de Calderón (José Luis). Empatamos 1-1 y Brazenas (Gabriel) no me cobró un penal clarito. Termine acalambrado. 

“Igualmente, antes del debut en Primera de AFA, tuve el debut con Villa Mengelle a los 14 años en el '97. Fue en la final de un torneo provincial ante Belgrano de Santa Rosa. Perdimos 1-0 en el global y el gol lo hizo Patricio Mac Allister. Lo curioso fue que 18 años después volví a pisar esa cancha jugando con Tiro Federal de Bahía Blanca y justamente Mac Allister era el DT de Belgrano. En aquel debut, con 14 años y en una final, si estaba un poco c..., ja,ja”.

   --Tu mejor partido.

   --Me quedo con dos. Uno fue en el único partido que metí un doblete en Rumania cuando jugué en Gloria Bistrita. Se los marqué a Universitatea Cluj, un grande de ese país, en 2011 y perdimos 4 a 2. El otro es un 0 a 0  con Tiro Federal de Rosario ante Boca Juniors en la cancha de Newell's. Mi tarea fue netamente defensiva y ese día el equipo de Basile (Alfio) perdió la punta, aunque luego terminó campeón. 

¿La otra cara de la moneda?

   --También fueron dos. Un AtléticoTucumán versus Gimnasia y Tiro de Salta. Perdimos 4-0 en ronda de repechaje y metí un gol en contra. Fui un desastre y hasta recibí llamadas insultándome, pero lo dimos vuelta de local. El otro fue en un Aldosivi 0, Platense 2. Jugué de volante y “Pichi” Mercier (Juan) hizo lo que quiso conmigo. 

--¿Cuál era tu principal virtud?

   --No tengo algo que me destaque técnicamente por encima de otros jugadores. Creo que la disciplina para cumplir con lo que me pedía el DT de turno hizo que la gran mayoría de ellos hayan optado por hacerme jugar. Si me hubiese gustado tener alguna virtud, sería la pegada.

   --¿Un defecto?

   --La pierna derecha, ya que la tengo sólo para apoyarme, ja, ja.

   --¿Tu mejor gol?

   --No sé si fue el mejor gol, pero lo destaco por lo valioso que fue. Lo convertí en un Guaraní 2, Olimpia 0, en el 2008. Es el clásico más añejo de Paraguay y se vive intensamente. El gol sirvió para seguir dando pelea por el título, aunque finalmente quedamos a un punto del campeón Libertad.

   --¿Y cuál fue el que más gritaste?

   --Sin dudas, el de Rojo (Marcos) a Nigeria en el Mundial de Rusia 2018.

    --¿Qué amigos te dio el fútbol?  

-Tengo muchísimos amigos que me dio el fútbol, sería injusto nombrar algunos. No solo jugadores si no utileros, masajistas, médicos, profes y entrenadores. Y creo que el fútbol es hermoso por eso, vivís experiencias hermosas que quedan marcadas y las recordás cuando te juntas a comer o hablas después de tantos años.

   --¿Cuál fue el compañero que más te sorprendió?

   --Manso (Damián) y el “Billy” Rodas (Gustavo). Hacían lo que querían con la pelota y con los rivales con total sencillez y naturalidad.

   –¿Un rival que te hubiese gustado tener de compañero?

   --El “Kun” Agüero (Sergio).

   --¿Hincha de...?

   --Luego de vivir más de 5 años en Rosario, me hice hincha de Newell's.

   --¿Te hubiese gustado jugar en...?

   --En realidad me hubiese gustado haberme mantenido más tiempo en Newell's. No logré consolidarme.

   --¿A quiénes tenés como ídolos?  

 --No soy de tener ídolos deportivos. Me gustaba mucho Sorín (Juan Pablo) en mi puesto.

   --¿Maradona o Messi?

   --Me la voy a jugar: Maradona. Messi es el mejor de todos los tiempos, se mantiene durante muchos años como el mejor y tiene los mejores números de la historia. A pesar de eso, Maradona me inspira más adentro de una cancha, me pone la piel de gallina, me transmite eso. Y no tiene que ver con que Maradona ganó un Mundial y Messi no.

   --¿Con qué tres personajes compartirías un asado?

   --Bielsa (Marcelo), el “Mono” Burgos (Germán) y Sorín (Juan Pablo). Los mataría a preguntas a todos, ja, ja. 

--¿Qué técnico te marcó más?

   --El “Indio” Jorge Solari. Aprendí mucho con él. Muy claro para explicar y siempre decía algo adecuado para cada situación. Además coincidió que le gustaba como jugaba yo, a pesar de que nunca se acordaba de mi apellido, ja, ja.

   --Armá tu once ideal con todos los compañeros que tuviste y el DT.

   --Irigoytía (Joaquín); Oreja (Facundo), Bonucci (Leonardo), Gaston Aguirre, “Colo” Re (Germán); Belluschi (Fernando), Guiñazú (Pablo), Marino (Guillermo), Manso (Damián); la 'Gata' Fernández y Fernando Cavenaghi. Primer suplente: Carli Silvani, de Medicos A. DT: Jorge Solari.

   --¿Qué te dejaron los clubes del interior dónde jugaste?

   --El paso por el interior también fue hermoso. De cada lugar rescato cosas lindas: la pasión del hincha de Atlético (Tucumán), lo bien que me trataron en Aldosivi y Tiro Federal de Rosario, además de haber jugado torneos muy competitivos. 

Un lindo recorrido

   --Contame lo de Guaraní.

   --Mi experiencia en Paraguay fue muy buena. Futbolísticamente me fue bien, clasificamos a copas internacionales y peleamos el torneo. La gente de primera, me hice grandes amigos. Conocí una familia que me adoptó e incluso vinieron a La Pampa a pasar las fiestas.

   --Los griegos son bravos. ¿No?

   --Sí, en todo sentido. Salvo en algunas excepciones, me he topado con mucha gente maleducada, que piensa en sus propios intereses. No fue una gran experiencia en Grecia. Viví situaciones cotidianas malas, como que se insulten y se agarren a trompadas entre vendedores en un mercado o que se te metan en una fila. No quiere decir que no haya gente buena, pero sí vi muchas situaciones de ese tipo.  

¿Cómo fue hacer inferiores en River?

   --Jugué en octava y séptima, entre los 15 y 16 años. A veces jugaba de enganche. En el equipo había jugadores que llegaron a Primera. Imagínate que hubo partidos que jugué de enganche, Mareque de 3, el 'Malevo' Ferreyra por izquierda y 'La Gata' (Fernández) y Cavenaghi arriba. Me da vergüenza haber jugado de enganche. No me daba para jugar en River; es otro mundo. Nos becaron en el colegio, yo no estaba en la pensión, pero comía al mediodía en el club.

   --¿Cómo estás llevando la cuarentena?

   --Arrancó difícil. Los primeros dos meses no pudimos abrir el consultorio, pero hace un tiempo ya retomamos con los protocolos necesarios, así que entre eso más algunos domicilios pude ir retomando. También, al estar frenada la actividad física, hay pocas lesiones, por más feo que suene decirlo. Está a media máquina todo. 

El perfil de “Sati”

 

--Nombre: Fernando Andrés Cafasso.

--Fecha y lugar de nacimiento: 9 de febrero de 1983, en Jacinto Aráuz.

--Es hijo de Fernando Jorge Cafasso y Graciela Di Giorgio. Tiene tres hermanas (María Josefina, Ana Clara y María Victoria). Está casado con Gabriela Danila. Es papá de Juan Andrés (un año y medio).

--Trayectoria: Villa Mengelle (Jacinto Aráuz), River Plate (inferiores), Newell's, Atlético Tucumán, Tiro Federal de Rosario, Aldosivi, Guaraní, Treviso, Ionikos, Gloria Bistrita y Tiro Federal de Bahía Blanca.    Por Fabián Rodríguez / [email protected]

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