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22 de julio de 2020

Verdulera con COVID-19: "No estamos seguros de que me haya contagiado mi marido"

La comerciante que contrajo coronavirus reveló cómo se gestó su diagnóstico y lamentó las reacciones sociales violentas y estigmatizadoras. Admitió que hubo "cosas extrañas" en el proceso de análisis de su estado de salud.

La comerciante que contrajo coronavirus, y que sigue aislada en un hotel de la ciudad, reveló que "no estamos seguros de que yo me haya contagiado de mi marido", como resolvió el Ministerio de Salud. A la vez, cuestionó severamente las reacciones sociales violentas y estigmatizantes.

La verdulera se llama Miriam y comentó cuál fue el proceso que derivó en su diagnóstico: el positivo de COVID-19. Explicó que fue ella misma la que se movió para que la pusieran bajo análisis y para que le hicieran el hisopado. Pero -contó- en el 0-800 indicado para comunicarse por el tema no mostraron especial inquietud: "Nadie vino a buscarme, nadie se ocupó", explicó. 

Miriam es oriunda del País Vasco, vive en Argentina desde hace dos años y medio (en pareja con su marido). Ahora están aislados en el hotel "El Faro".

Durante una entrevista con LU 100, se manifestó "muy molesta" con la estigmatización: "se están pasando, están cruzando la línea, es un acoso y no se puede consentir, porque el siguiente contagiado ni se va a animar a decir nada. Si te quieren quemar la casa porque estás enfermo, como me han amenazado, te vas a callar la boca. Una policía retirado salió a decir que deberían quemarnos la verdulería, es apología del delito", lamentó.

"Hay un montón de mensajes sobre el tema, algunos son boludeces, pero otros de verdad son muy peligrosos, no está bien que alguien haga eso, de verdad", añadió.

La mujer aclaró que está en muy buen estado de salud y hasta recuperó el gusto tras su aislamiento, luego de que le detectaran coronavirus.

"Yo me engripé, a los días se me fue el olfato y el gusto y eso me alertó un poquito... llamé a una enfermera amiga y me dijo que podía ser un síntima, llamé al 0-800. Me dijeron que no tenía síntomas suficientes, porque no tuve tos ni fiebre. Conté todo, toda la historia, y me dijeron que me quedara tranquila, o que fuera al médico, eso hice y entonces en la Asistencia llamaron a Epidemiología y le dijeron que había que valorar el tema, hicieron el hisopado y al día siguiente fue el positivo. Se nos cayó un poco el mundo encima", reconoció, pero ya con simpatía y tranquilidad.

Esa noche se conoció el discurso de la Provincia donde se dio a entender que el marido era quien produjo el contagio. Miriam consideró que a esa altura ni le habían hecho el hisopado, relató. Después se conoció que era positivo, en una especie de "contraprueba".

"Hay una cositas un poco extrañas, todo apuntaba a él pero no se sabía con certeza y ya salieron diciendo que era él... después se hizo esa última prueba que dijeron iba a tardar diez días y tardó uno", enumeró.

"No estamos seguros de que mi marido me haya contagiado", advirtió. Y no descartó un contagio por otra vía. "Es un virus tan puñetero y cabrón que andá a saber, la gente va y viene", agregó. Aclaró que su marido nunca tuvo algún síntoma.

Acerca de su propio caso, indicó: "Yo ni sabía dónde ir, no soy de acá, nunca había ido al médico", remarcó. Le toman la fiebre todos los días, pero nunca tuvo.

La mujer contó también la reacción de sus familiares en España y en el pueblo del que es origen. "Mi mamá casi que quiere venir nadando", bromeó. "Los comentaristas también se meten con mi familia, es muy desagradable, se están pasando", insistió.

"A todo el mundo lo han escrachado. Sé de hasta un caso de una chica de Macachín, que solo fue un caso sospechoso y se aisló y que le han hecho y dicho de todo", puso como ejemplo.

Fuente El Diario

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