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POLITICA

22 de noviembre de 2015

La dimensión histórica de la elección de Mauricio Macri como Presidente

Por primera vez, la Argentina tendrá un presidente surgido de una generación sin protagonismo alguno durante el Proceso. Ni radical, ni peronista, formado en una universidad privada, es el tercer ingeniero en ocupar el cargo

La elección de Mauricio Macri como Presidente de los argentinos plantea algunas particularidades históricas que merecen ser destacadas.

Es el primer presidente elegido en casi un siglo que no proviene de los dos partidos tradicionales de la Argentina, la Unión Cívica Radical y el Partido Justicialista. Sin duda, ello es una ruptura histórica.

Es el primer presidente formado en una universidad privada: es ingeniero egresado de la Universidad Católica, con la sola excepción de su amigo Ramón Puerta, presidente interino durante la crisis del 2001, también ingeniero de la UCA. De hecho, allí fue donde se conocieron Macri y el misionero, aunque el ex gobernador es algunos años mayor.Es el tercer presidente ingeniero de la historia. Antes, lo fueron el general Agustín Pedro Justo, quien fuera jefe de Estado entre 1932 y 1938 y, nuevamente, su amigo Ramón Puerta, quien ejerció la Presidencia interinamente en diciembre de 2001 tras la renuncia de Fernando de la Rúa. Justo, por su parte, fue el impulsor del que quizás haya sido el programa de obra pública más ambicioso de todo el siglo XX. Emulando el "New Deal" de Franklin D. Roosevelt, realizó importantes reformas económicas que lograron que la Argentina saliera rápidamente de la crisis del 30. Su ministro de Hacienda, Federico Pinedo, es el abuelo del actual jefe de bancada del PRO. Como es sabido, Justo y Pinedo fueron demonizados por la izquierda y el nacionalismo, años más tarde, pero algún día la historia hará justicia y una mirada más desapasionada y realista revalorizará los muchos logros que tuvo aquella gestión.

Pero volvamos al presente. La irrupción del PRO-Cambiemos como partido nacional permite imaginar una necesaria readecuación del tablero político argentino. ¿El modelo bipartidista radical-peronista está agotado? Algunos ven en el PRO una versión argentina del PAN (Partido de Acción Nacional) que logró en el año 2000 desplazar del poder al PRI después de 70 años de hegemonía en México.

O acaso la llegada de una fuerza nueva como el PRO-Cambiemos significará que llegó la hora de cumplir el viejo sueño de Torcuato di Tella de reconfigurar el sistema político argentino en torno a un bipartidismo al estilo español-chileno-británico-francés-alemán en el que disputan el poder dos partidos o coaliciones que representan una a la tradición socialdemócrata (o socialista moderada) y otra a la social-cristiana (centro-derecha). En ese caso, ¿la Argentina reemplazará el bipartidismo radical-peronista por un bipartidismo cuya divisoria de aguas tenga naturaleza ideológica?Intelectuales del PRO como Pablo Avelluto -legislador electo para el Mercosur- lo niegan. Sostienen que distinguir entre izquierda y derecha es utilizar categorías del siglo XX para analizar el siglo XXI y afirman que en todo caso, la agrupación triunfante tendrá las características de la hora. Según Avelluto: "El primer argumento disponible para rebatir la idea es la gestión del PRO en el gobierno de la ciudad: ¿fue una gestión de centro-derecha? No y sobran ejemplos. ¿Fue una gestión de centro-izquierda? Tampoco". Avelluto sostiene:"Entiendo que se trata de un salto cualitativo. Las categorías no son eternas. Meter un fenómeno a presión en un molde deforma el fenómeno en cuestión. Yo creo que el PRO desafía las categorías" y que "la clave está en la época. Y no tanto en las interpretaciones del siglo pasado . A su vez, la elección de hoy marca una particularidad más: tanto Macri como Scioli son actores políticos cuyo acercamiento a la vida pública tuvo lugar bien entrada la etapa democrática iniciada en 1983. Esto los distingue respecto de sus antecesores Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde o los Kirchner quienes comenzaron a militar políticamente en años en que las Fuerzas Armadas seguían siendo protagonistas del proceso político y en tiempos en que la violencia de izquierda y derecha azotaba al país. Macri (nacido en 1959) tenía apenas 17 años cuando se produjo el golpe militar de 1976 y recién comenzó a actuar en política en los años 2000.

En tanto, surgen interrogantes sobre el peronismo y el radicalismo, las dos fuerzas que monopolizaron el gobierno del Estado desde 1983 y desde 1945 a excepción de los períodos de gobiernos de facto. Las dos fuerzas tradicionales, ¿han agotado el sentido de su representación sociológica que les dio vida? ¿El peronismo se refugiará en una nueva "liga de gobernadores" alcanzando alguna forma de liderazgo colectivo hasta tanto surja un nuevo caudillo? ¿El radicalismo se amalgamará en el PRO-Cambiemos y se conformará con la condición de socio menor de una coalición novedosa?

Una sola cosa es segura: son demasiadas preguntas y es demasiado temprano para aventurar respuestas.

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