24 de febrero de 2021

Rubén Ceminari: “La gente está cansada, quiere tener un hospital de calidad”

El ex concejal se refirió así al conflicto entre el nosocomio de Darregueira y la municipalidad. Y destacó el sentido de pertenencia que el nosocomio ha generado, tanto en los darregueirenses, como en los habitantes de su zona de influencia, durante más de 75 años de historia.

“El Hospital tiene implicancias directas en la vida de cada uno porque allí asistimos a un nacimiento, nos atendimos o despedimos a un ser querido en sus últimas horas. Es parte de un significado muy emotivo e importante para la gente porque lo sienten propio. Esto quedó manifiesto en las asambleas que realizamos durante el 2017. La gente pedía salud pública en el Hospital, ejercida por el municipio, pero reclamaba que el nosocomio siga siendo de Darregueira, administrado por la comisión”, admitió Ceminari a Todas las Voces Puan, durante una entrevista.

Acerca de los elevados costos para brindar un buen servicio de salud, reconoció la imposibilidad de la Sociedad de Beneficencia para brindarlo por sí sola.

“Esa es una situación, y por otro lado, el municipio de Puan nunca pudo construir un hospital público en Darregueira. Está el Centro Integrador Comunitario (CIC), pero es para la atención primaria. En el pueblo hay consultorios privados, pero sin ninguna complejidad.

-Ceminari… Contar con dos efectores de salud, uno en Puan y otro en Darregueira, seguramente debe ser necesaria una inversión muy grande. 

Una de las responsabilidades del Estado es garantizar la salud. Es un derecho constitucional.

Argentina tiene cosas inentendibles: la inflación, una crisis económica persistente, pero hay otras buenas, como la educación y la salud que, como sistemas de políticas públicas, son  herramientas muy importantes. Las provincias tienen hospitales regionales el Penna en Bahía Blanca, pero después cada municipio debe garantizar la salud de sus habitantes.

-En la historia reciente… ¿hay antecedentes de búsqueda de acuerdos entre el Hospital y la comuna?

-En 1983, el ex intendente Hugo Gutiérrez impulsó un convenio parecido al que logramos en 2017. Cuando asume Carlos Astorga, recibió ese convenio casi listo, pero después no se llevó adelante. El hospital mientras tanto iba andando.

Después, apareció lo de la coparticipación de las 10 camas, que era un alquiler al hospital y el dinero debería haber vuelto al hospital. Pero en la coparticipación, en ocasiones, cuando la Provincia envía dinero al Distrito, el municipio decide cómo la gasta. Son fondos de libre disponibilidad.  

-Uno de los reclamos de la comisión es que ese dinero de las camas vaya al Hospital.

-Esto fue tema de debate. Cuando llegamos al 2017, había un compromiso social muy grande en Darregueira, con mucha participación en las asambleas. Todos los socios de la Cooperativa Eléctrica decidimos aportar una cuota en colaboración y las entidades comerciales pusieron mucho también, se llegó a hacer un acuerdo de necesidad mutua. Cuando el intendente dice que al convenio lo hizo para salvar el hospital se contradice, porque después se pregunta ¿Dónde voy a hacer las cesáreas? Y claro, si no tiene edificio.

Por eso digo que son dos caras de la misma moneda: el hospital de Darregueira por sí solo no puede funcionar ni garantizarle la salud a toda la población porque no tiene ingresos suficientes y el municipio sí los tiene. Por otro lado, el Municipio debe dar salud y no tiene dónde. Ahora, si trabajan juntos, ordenadamente y con diálogo, sería lo correcto.

Cuando se realizó el convenio, el hospital brindaba el servicio de enfermería, cocina y limpieza, y a su vez el geriátrico que se maneja aparte. Los médicos y ambulancieros son pagados por el municipio.

La comuna pagaba mediante subsidios. El Tribunal de Cuentas observaba que no se podía pagar tantos millones de pesos mediante esa operatoria. Tal vez fue un error y debía haberse hecho con una contratación de servicios, al igual que cualquier proveedor municipal.

-Durante el 2020, el hospital entra en una suerte de letargo. Llega la pandemia y un mes antes, en Febrero, el municipio declara la emergencia sanitaria. ¿Cree que eso influyó en la acumulación de la deuda?

El tema viene de antes. Yo era concejal y desde todos los bloques apoyamos el comodato. Cristian Haag, director del Ente de Salud, señalaba como prioridad de 1 al 5 el pago en tiempo y forma de ese convenio, pero no se cumplió.

No se pagaron servicios de alimentos y cocina, aportes de personal, y terminaron juntándose 10 millones de pesos de deuda. Mientras tanto, las instituciones de Darregueira pusieron mucho dinero para aportar tecnología nueva como el equipo de rayos, el ecógrafo y las mejoras en la sala de cirugías. Toda esa inversión se realizó a través de la Cámara de Comercio y entidades locales. El Municipio debía devolver ese dinero y al día de hoy, por lo que me dijo la gente de la Cámara de Comercio, no pasaron ni para decirles “algún día vamos a arreglar”.

Después, el municipio adjudicó la demora en los pagos a la pandemia, pero la emergencia sanitaria y financiera fue anterior. Al hospital lo tuvieron casi cerrado, solamente para emergencias. En Darregueira aparecieron policonsultorios y centros de salud privados, pero no están en condiciones de, por ejemplo, realizar cirugías.

Hasta ahora asistimos a una conversación de sordos donde nadie se escucha y todo el mundo se acusa con el dedo. El municipio dice que la comisión lo engañó. Creo mucho en la gente del Hospital, por su compromiso social y a su vez representan a otras entidades. Fueron a salvar una institución del pueblo, no fueron a buscar provecho particular. Que los hayan tratado literalmente de estafadores y ladrones, le dolió a la comunidad. 

El Municipio sí puede pagar, hoy su presupuesto es de unos 1.100 millones de pesos y de ese monto, 520 millones van a salud. La coparticipación provincial ingresa todos los días, casi 100 millones de pesos por mes.

-Entonces ¿Cuál sería el problema?

“Acá hay falta de voluntad y se debe bajar la soberbia. El que tiene la representación política no tiene un cheque en blanco, debe respetar el mandato popular. Y las asambleas de Darregueira marcaron eso.

En su momento, gestioné ante el Ministerio del Interior recursos para colaborar con la deuda del Hospital, pero para el Estado Nacional, por más que se trate de una sociedad de beneficencia, el hospital está catalogado como privado, y para ese fin no hay plata.

De todos modos, se puede llevar adelante un esquema por el cual el efector aporta su estructura y su gente, y el municipio puede brindar salud pública. Y si se suma buena voluntad, diálogo, recordando eso de “tirar todos del carro para el mismo lado”, tendremos un servicio de calidad.

¿Este desgaste podría terminar con un cambio de nombres en la comisión?

Con la situación actual de tirantez, es muy difícil conseguir gente para esos cargos. Es una comisión de excelencia, integrada por las entidades más importantes del pueblo. Hubo algunas renuncias pero mientras siga vigente su mandato, seguirá teniendo respaldo y será difícil reemplazarla.

-¿Podría haber una intervención de la Provincia si no hay soluciones?

Tendría que ser una cosa muy extrema. Si el Municipio se tiene que ir… ¿Qué haría? ¿Pondría diez ambulancias todos los días para llevar pacientes a Puan. ¿Tiene capacidad el Hospital de Puan para sostener emergencias de dos localidades?

El municipio no se quiere quedar por caprichoso, se quiere quedar por desesperación porque no tiene otro lugar donde brindar salud pública en Darregueira.

Tiene que sentarse a dialogar, buscar los interlocutores válidos, pagar las cuentas, pedir disculpas a quien haga falta, poner las cuentas en claro.

-¿Cuál es el termómetro social en Darregueira? ¿Qué piensa la gente?

La gente está cansada, quiere tener un hospital de puertas abiertas, de calidad. Hay dobles discursos. En los últimos días, hubo funcionarios que publicaron en sus redes sociales que quieren la salud pública, cuando ya desde el 2017 el municipio administra la salud pública en Darregueira.

-¿Nota un cierto silencio de los concejales del oficialismo?

-Sí, da vergüenza ajena. El domingo a la noche estuve en la asamblea y ahí deberían haber ido los concejales oficialistas y el delegado, por lo menos para saludar a la gente y llevar las problemáticas al Concejo Deliberante. Creo que los ediles oficialistas y opositores deberían debatir este tema en un medio de comunicación con papeles y números en la mano. Que se pongan en el lugar de la gente. Fuente 


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