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DEPORTES

13 de agosto de 2018

"El Beto" Alonso

Símbolo y sinónimo de River

"El Beto" Alonso, símbolo y sinónimo de River. Pocos futbolistas consiguen la alquimia de fusionarse y convertir su nombre en sinónimo de un club.

Norberto Osvaldo Alonso es River y River es "El Beto" Alonso.

Elegante, fino, dueño de una zurda prodigiosa, "El Beto" Alonso es el símbolo de 

un River ganador.

Cabeza levantada, lanzador del pelotazos milimétricos, dueño de una gambeta indecifrable para arrancar y desequilibrar.

El guante en la zurda le permitió convertir de tiro libre y su capacidad para saltar antes que todos, meter frentazos goleadores.

Alonso fue un producto genuino de la escuela Riverplatense.

Amo y señor de la casaca 10.

Heredero de Ángel Amadeo Labruna, Erminado Onega y del "Cabezón" Enrique Omar Sivori.

Con la camiseta de River, en sus tres etapas con la banda roja sobre el pecho, ganó TODO.

Siete campeonatos locales, la Copla Libertadores y la Intercontinental engrosan su grandeza. 

Después de adjudicarse la Copa Intercontinental en Japón, en 1986, tras una avivada suya ejecutando rápidamente un tiro libre que fue asistencia para el gol de Antonio Alzamendi, decidió retirarse.

“Nací Ganador y me iré ganador”, dijo y no jugó mas.

Integró la Selecciòn Argentina Campeona del mundo del '78.

En el primer partido ante Hungría, ingresó en el 2do. tiempo y metió un taco que fue asistencia para el gol de Bertoni que permitió la victoria por 2 a 1.

En el segundo partido ante Francia, también entró, pero se lesionó y no pudo jugar los partidos restantes.

Debutó en 1971, frente a Atlanta, de la mano del brasileño Didí, “el DT del Jogo Bonito”. 

Ese año deleitó junto a un equipo de pibes, entre los que estaban sus laderos, que luego hicieron historia: J.J. López y Mostaza Merlo, en una fiesta de buen futbol, ganándole a la primera de Boca por 3 a 1 en el Torneo Nacional del '71.

Un año después le convirtió a Independiente el gol que Pelé intentó y no pudo hacer en el Mundial México 70.

Alonso fue a buscar un pase largo, gambeteó al Pepe Santoro, sin tocar la pelota, que siguió su recorrido y la fue a buscar por el otro lado del arquero.

Fue figura en 1975 cuando River enterró el mote de "Gallina".

Bajo la dirección técnica del inolvidable Angel Labruna, River ganó el Torneo Metropolitano, después de largos 18 años sin obtener títulos locales. 

Alonso brilló y convirtió dos goles fundamentales ante San Lorenzo, cuando logró un campeonato comenzaba a complicarse.

Allí nació el romance con los hinchas de River, que dura hasta hoy.

Fue clave en los títulos posteriores, cuando River recobró el brillo perdido.

Se fue al Olimpique de Marsella y volvió recargado de talento.

Se peleó con el DT Alfredo Di Stéfano y volvió a irse a en 1982, esta vez a Velez Sarfield.

River estaba logrando el campeonato en el Nacional 81 y "El Beto" no jugó el partido decisivo, la hinchada en vez de festejar el título, reclamaba su presencia cantando, como siempre, "¡Alooooonso, Alooonso!!!!".

Volvió a River en 1984. Fue su segundo y último regreso.

Fue campeón en la Liga local de la mano del Bambino Veira , en un equipo inolvidable que compartió con Enzo Francescoli. 

Con la mítica pelota naranja le metió dos goles históricos a Hugo Gatti en la Bombonera, para comenzar a sellar el campeonato.

Luego obtendría la primera Libertadores para River en 1986, para despedirse como Campeón Intercontinental.

Polémico en sus declaraciones, fue amado e idolotrado por los suyos , tanto como odiado e insultado por los hinchas rivales.

"El Beto" dejó de jugar, pero nunca se fue.

Es que "El Beto" Alonso es el estandarte de un River grande y ganador.

El sìmbolo de un estilo, de una forma de sentir y vivir el fútbol.

Alonso es uno de los últimos y verdaderos ídolos Milllonarios.

El hincha de River vislumbró en el Beto a un reparador de sueños.

Alonso cumplió con todos y cada uno de los requisitos de una hinchada exigente, de paladar “Negro”, acostumbrada a disfrutar de grandes  

jugadores.

Norberto Alonso fue, ante todo, un jugador brillante, notable y excepcional.

Jugó como la historia de River manda.

Deleitó e hizo disfrutar como solo lo hicieron los elegidos.

Logró la alquimia necesaria para fusionar su nombre con el de su club.

"El Beto" Alonso fue River y River fue el Beto Alonso.

Por eso fue tan grande. fuente Cadena 3

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