El objetivo principal de Ferrari, para el Gran Premio de Bahrein, era mantener el 1-2 con Sebastian Vettel y Kimi Räikkönen al frente del pelotón. Sin embargo, la mala largada del finlandés y el buen arranque de Valtteri Bottas, le permitió al piloto de Mercedes escalar hasta la segunda posición, esfumando parte de la táctica del equipo de Maranello.

La atención de los fanáticos estaba puesta en la actuación de Lewis Hamilton. El británico comenzó la competencia en el noveno lugar. En un principio, el actual campeón del mundo mostró un leve descenso de rendimiento tras ser superado por Fernando Alonso y Max Verstappen en cuestión de minutos. Aunque el integrante de Red Bull Racing no pudo mentenerse, ya que recibió un toque por parte del de Mercedes y sufrió la rotura de un neumático.

No obstante, Hamilton tuvo una fugaz recuperación y en una maniobra impecable sobre el español, Esteban Ocon y Nico Hülkenberg, logró alcanzar la sexta colocación en un abrir y cerrar de ojos. Pero su avance no terminó ahí. Vueltas más tarde, dio cuenta de Marcus Ericsson y Kevin Magnussen para luego heredar el liderato de la carrera al momento que Vettel, Bottas y Räikkönen ingresaron a pits para el primer cambio de neumáticos. El alemán no perdió de vista al actual puntero del GP. Al contrario, el teutón se acercó peligrosamente y rápidamente dio cuenta de quien comandaba la actividad. 

En otro capítulo, y cuando hubo luz verde por parte de Ferrari para que se ponga otro juego de gomas, sucedió algo insólito en el box de la escudería italiana: Räikkönen se llevó por delante a un mecánico que aún no había terminado con su trabajo. Al segundo, el finlandés debió abandonar.

Mientras tanto, Vettel comenzó a sufrir la presión de Bottas. El proveniente de Nastola mostró el auto por donde pudo. Fue de un lado a otro, pero la agresividad del teutón fue más fuerte de lo pensado. La espera se tornó caótica para el piloto de Ferrari y las vueltas se hicieron eternas en la parte final de la competencia. No obstante, la bandera a cuadro se mostró y el equipo de Maranello obtuvo su segundo triunfo en el año. La gran sorpresa, y una actuación para aplaudir de pie, fue el gran ritmo de Pierre Gasly quien arribó en la cuarta colocación y le regaló un tremendo resultado al Toro Rosso.