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CULTURA

6 de septiembre de 2015

¿Por qué seguimos leyendo "El Principito"?

Inspiración de una flamante película animada presentada en Cannes y relanzado en librerías, el clásico de Saint Exupery regresa para cautivar a una nueva generación de chicos

La primera publicación de El Principito data de abril de 1943, y, paradójicamente, no fue en Francia sino en los Estados Unidos donde ocurrió, ya que el país del autor estaba en guerra. Junto con El extranjero, de Camus, es el libro francés que más veces ha sido traducido, entre lo que se cuenta el sistema braille y la lengua nativa toba.

En nuestra lengua fue traducido por primera vez por Bonifacio del Carril, y la primera publicación en español fue realizada por la editorial argentina Emecé Editores en septiembre de 1951. A partir de entonces, diversos traductores y editoriales han realizado sus propias versiones.

Infobae consultó a personalidades ligadas a la edición, a la cultura y a la literatura infantil acerca de cuál creían que era el secreto para la vigencia de esta obra, que ya cuenta, además, con tres películas –una de este año, presentada en Cannes–, una serie, obras de teatro, un parque temático, diversidad de merchandising, y las más diversas reversiones.Trini Vergara, directora y cofundadora de V&R Editoras, y actualmente presidente de la Cámara Argentina de Publicaciones, sostiene que "El Principito está vigente y tiene hoy casi más popularidad que cuando saltó a la fama pocos años después de publicado. La primera explicación de su éxito está en su texto, en su contenido. Es profundamente poético, inspiracional y universal. No es el único libro con contenido ‎inspiracional o espiritual 'para todo público', pero es, probablemente, el único de incuestionable calidad literaria".Por su parte, Valeria Dotro, comunicadora social con amplia experiencia y conocimientos en educación y cultura, opina que "la vigencia tiene que ver, por un lado, con la transmisión por parte de los adultos: padres, maestros, editores, que desde algún punto de vista, a veces bien diferentes cada uno, consideran que ese texto tiene sentidos, valores, visiones del mundo que son importantes para transmitir". Sin embargo, aclara: "No estoy segura de qué atracción o adhesión genera en los chicos. Pero sí tengo claro que la mayor parte de los adultos valoriza el mensaje, la historia, etcétera y decide ponerlo en circulación". Finalmente, concluye: "Me parece que esto mismo es lo que genera la reversión, las ilustraciones varias, aún desde los aspectos más comerciales, los recortes de frases que circulan en tarjetas, Facebook y pósters, etcétera. Otra cuestión sería ver el valor literario del texto y, además, cuán valorado es por los chicos y chica".María Amelia Macedo, editora de libros infantiles y juveniles de Penguin Random House, por su parte, señala que "esta novela trata de temas profundos de la vida, como el amor, la amistad, la soledad, el sentido de la existencia y está acompañada por delicadas ilustraciones realizadas por el mismo autor, que solía dibujar al personaje mucho antes de convertirlo en el protagonista de este relato. El Principito es un texto que logra atrapar a lectores de todas edades. Suele descubrirse en la infancia, pero puede releerse durante toda la vida. La asombrosa y aventurera vida de su autor y su la vida. La asombrosa y aventurera vida de su autor y su enigmática desaparición en 1944 seguramente también contribuyen a su valoración y curiosidad".

     

La cuestión comercial

Como deslizaron todas las expertas, el aspecto comercial no es un dato menor a la hora de republicar, reversionar e invertir, ya es una una obra con éxito asegurado.

Macedo lo cuenta así: "En 2015 quedaron liberados los derechos de autor para nuestro país. Esto posibilitó que diversas editoriales se propusieran reeditar este clásico. En Penguin Random House Grupo Editorial optamos por realizar una traducción de peso. Para eso convocamos a Leopoldo Brizuela".

Vergara adscribe a esta postura y añade: "Hay otras explicaciones, de tipo comercial, que han contribuido, en buena parte, a su vigencia. La frase 'Lo esencial es invisible a los ojos', oportuna y brillantemente extraída y transformada en el póster y lema de la juventud desde los 60, llevó El Principito mucho más allá de las librerías, y atravesó edades, ideologías y culturas"

Y concluye: "Por último, en los últimos años, y dadas las posibilidades que dan los derechos de dominio público, El Principito se ha convertido en una licencia internacional, lo que ha generado una cantidad de productos asociados, desde libros regalo, álbums del bebé, adornos, ropa, etcétera, que apuntan a otros públicos diferenciados. Todo esto sostiene también la vigencia del libro original, cuyo mensaje nos sigue llegando, y nos seguirá llegando, a todos, directo al corazón".

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