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10 de abril de 2015

Científica Ecuatoriana

A sus 23 años, Carolina Echeverría es un referente del trabajo científico e investigativo en el país. Hija de Édgar, arquitecto, y Ana, tecnóloga en Administración de Empresas, -los dos ibarreños- descubrió una prueba que permite detectar de modo temprano el cáncer de mama.

Durante la investigación, que duró tres años, estudió la ruta metabólica de los folatos (ácido fólico) de 200 mujeres mestizas sanas y 200 con cáncer para saber qué relación existe entre ellas, recuerda que el trabajo de recolección de las muestras en el Hospital de Solca le permitió conocer la compleja situación que viven las mujeres que padecen de este cáncer. Luego de la recolección de las 400 muestras, Echeverría extrajo el ADN de cada una utilizó termocicladores, máquinas que la ayudaron a seleccionar el gen específico de su estudio.  El ADN tiene cuatro letras que, en las personas sanas, van en pares A-T y C-G. Si una persona tiene una combinación A-G o T-C quiere decir que tiene una mutación, después de analizar cada una de las enzimas que utilizó en su estudio, Echeverría encontró que las personas con enzimas mutadas tenían la predisposición de contraer cáncer. “La probabilidad era de un 95%”.  Según los datos obtenidos en el estudio de Echeverría las personas que tienen mutado el gen de la vitamina B tienen 2,9 % más riesgo de desarrollar cáncer de mama. La ecuatoriana de 23 años fue invitada a un congreso en el extranjero el cual le sirvió para reforzar su idea de que una mujer que se dedica a la ciencia puede lograr un equilibrio en su vida personal. En su viaje conoció a Elizabeth Blackburn, premio Nobel de Medicina en el 2009. “Ella me dijo que ser una mujer investigadora es difícil, pero que sí se puede trabajar en ciencia y ser madre, amiga, compañera y esposa”.

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