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SOCIEDAD

9 de octubre de 2017

Opulencia de época

Beatriz Dillon * – En la estancia Hucal

Beatriz Dillon * – En la estancia Hucal, -de los primeros establecimiento rurales- se erige la capilla San Diego, de arquitectura gótica, una de las más bellas de La Pampa. Detrás de sus paredes, se halla la historia familiar de los Cambaceres-Alvear.
En 1883, Antonio Cambaceres toma posesión de las tierras obtenidas luego de la invasión militar de 1879 y tras su muerte en noviembre de 1888, las tierras se transfieren por sucesión en 1889 a su única hija Mariana Cambaceres Thwaites.
Cotita, como la llamaban sus allegados contrae matrimonio en 1889 con Ramón Blanco Rivero, de quien enviudaría en 1909 y con quien tuvo cinco hijos. A la muerte de Blanco, Mariana Cambaceres contraería matrimonio con Diego de Alvear Fernández Coronel (1866-1923) el 18 de Mayo de 1910, con quien habría tenido otra hija: Teodelina, fallecida en 1912. Diego de Alvear fallece en el mes de agosto de 1923.
En el apartado Las grandes damas no tienen quién les escriba, Juan José Sabreli (2001) en su libro Cuadernos, relata: “Diego de Alvear, primo del presidente Marcelo Torcuato de Alvear fue un estanciero con la pasión del turf, dueño del famoso caballo Botafogo. Su casamiento con Mariana Cambaceres provocó un escándalo porque era sabido que habían sido amantes cuando aún vivía el primer marido de ella (Ramón Blanco) y que de esos amores había nacido su hija Dorita. Diego de Alvear, dice Sabreli, comenzó a despilfarrar su fortuna, que terminaron de liquidar -después de su muerte-, la mujer y las hijas en una vida desmesurada. La madre (Mariana Cambaceres) y las dos hermanas gastaban su dinero en largas temporadas en París donde eran conocidas en los comercios de lujo como unas de las tres A -Anchorena, Álzaga y Alvear- por pertenecer a esas familias argentinas ricas y gastadoras. (…) El despilfarro y los administradores inescrupulosos llevaron a la familia a la ruina.

En estos pagos.
Hacia 1902, las extensas propiedades de los Cambaceres-Alvear conformaban cuatro grandes estancias en La Pampa: además de la propia Hucal, San Antonio, La Josefa y La Cotita, destinadas a la cría de ovinos, bovinos y yeguarizos. Según las crónicas, Antonio Álvarez fue el primer administrador y constructor de las principales dependencias de la Estancia.
La gran producción de la Estancia Hucal, destacada por la cría de animales de cabañas dio vida al pueblo que, beneficiado por el tendido del ferrocarril acopiaba y transportaba la importante producción de la zona.
La Estancia/pueblo de Hucal se ubica en uno de los valles que atraviesan la provincia. Así se entremezclan en la vista los bosques de caldenes y los médanos, las planicies, las pasturas naturales y la ganadería de cría.
Según el análisis censal, para 1920 la población total de Hucal ascendía a 934 habitantes distribuidos 287 en el ámbito urbano (según la categorización del censo de la época) y 647 en el medio rural. Para 1935 la población total asciende a 970 habitantes (273 urbanos y 697 rurales) y en censo de 1942 se registró su máximo poblamiento: 306 habitantes en el ámbito urbano y 813 en el rural, lo que hace un total de 1.119 habitantes.
Si bien, del Censo de 1947 solo se cuenta con la población residente en la localidad (243) es durante la década de los 40 cuando se registra la importante emigración de población en la zona, especialmente en el pueblo. Entre 1970 y 1980 la población decreció de 184 a 59 habitantes y en el Censo de 2010 se censaron 3 personas.

Bencich Hnos.
En 1939, fue adquirida por Massimiliano Bencich, mediante una subasta pública luego de que las propiedades de Cambaceres-Alvear habían salido a remate por medio del Banco Hipotecario Nacional. Violeta Bencich de Cabezas, la actual propietaria, de 82 años, cuenta que su padre junto a sus hermanos conformó, durante las primeras décadas del siglo XX, la empresa constructora Bencich Hnos y fueron los responsables de la construcción de numerosos edificios destacados de esa ciudad. Massimiliano, había emigrado de la región de Trieste que en ese momento formaba parte del imperio austrohúngaro y provenía de una familia muy pobre. Su oficio de constructor lo llevó a reunir una fortuna que invirtió en la compra de campos. “Mi padre -dice Violeta- compró este campo en La Pampa porque yo tenía problemas pulmonares -eso decían- y que una zona como esta me iba a hacer bien a la salud. Recuerdo haber pasado todo el verano del ’39 con mi abuela y otra señora… en un momento odié este campo”.
En la actualidad, la estancia Hucal cuenta con 10.800 hectáreas dedicada principalmente a la cría de ganado vacuno y su propietaria concurre asiduamente y dice estar muy contenta con la tranquilidad del lugar.

Estilo gótico.
La muerte de Diego de Alvear en 1923 generó en Mariana Cambaceres la necesidad de realizar remodelaciones en el casco de la Estancia. Para ello, no dudó en invertir cuantiosas sumas de dinero en construir una Capilla en honor a su extinto esposo. Contrató a Luis Sansoni, un constructor de Bahía Blanca reconocido como uno de los responsables de reconstruir el casco principal de la Estancia Hucal. De esta manera, el casco de estilo clásico del año 1925 tiene detalles como habitaciones en suite con baño privado, mobiliario traído de Europa y todos los clichés de lujo de la belle epoque.
Pero sin dudas, es la Capilla San Diego lo que llama la atención en Hucal. En 1926, culminó su construcción y según relatos, fue bendecida por el Padre Angel Buodo. Desde el punto de vista arquitectónico, la capilla es de estilo gótico y los detalles resultan de extrema exquisitez. En su interior se destaca la nave central donde el altar se erige sobre una estructura compuesta de mármol de carrara con columnas y detalles de incrustaciones de verde alpe. El sagrario que fue revestido íntegramente y exhibe un brillante color dorado. En la parte superior del altar, se levanta una cruz con dos ángeles de custodia y tres velas de altar a cada lado. En uno de los laterales del altar pende un incensario que se utiliza como luminaria. El atril es de madera y sobre él se encuentra un misal original.
Los pisos son los originales de principios de Siglo XX, tanto los del interior como los del atrio y han sido restaurados. Otro elemento a destacar es la enorme alfombra central que marca el camino hacia el Altar.
En una entrevista realizada en abril de 2016, Violeta Bencich de Cabezas manifestaba: “Cuando mi padre adquirió la Estancia, la gente del lugar nos ayudó mucho a restaurar la capilla (…) hice pulir todos los pisos originales, se restauraron las estaciones del vía crucis, se arreglaron las aberturas y el mobiliario de la iglesia.”
Por suerte, dice Violeta Bencich, los vitrales estaban en muy buen estado; la araña estaba muy alta y entonces la hice bajar. También se restauró la pila bautismal a la que se le colocó la tapa de madera. Esto es una obra de arte, dice Violeta refiriéndose al confesionario y a un escrito de principios de siglo donde se especifica el “modo práctico de confesarse” en un cuadro colocado al costado del confesionario.
Cuenta con un piso superior donde se encontraba el órgano que, según sus actuales propietarios, se desconoce su paradero, así como espacio suficiente para la instalación del coro.

Vitrales exquisitos.
Una belleza particular es representada por los vitrales de estilo gótico presentes en cada uno de los ventanales de la iglesia y en algunos detalles de su interior. Se destaca el vitral circular que precede el Altar que representa a la Virgen María y al niño. Se han relevado en la Capilla San Diego trece (13) vitrales. Además del vitral circular de la nave central se reconocen cuatro vitrales circulares más pequeños: dos ubicados en ventanas ciegas laterales y dos en el centro de las estrellas de ocho puntas que lucen al frente de la iglesia. Seis vitrales cubren las ventanas laterales de la Capilla.
Por la orientación, con su portal hacia el sur y sus ventanales hacia el Este y Oeste, se supone que la disposición permite el cambio de colores de los vitrales tanto con la luz del amanecer como del atardecer, hecho que destaca su propietaria cuando se refiere con orgullo a su capilla.
Los vitrales de las ventanas representan a la Virgen del Carmen, el Sagrado Corazón de Jesús, San Pedro, San Diego, San José y el niño. En uno de los vitrales circulares se aprecian las iniciales MA, -seguramente haciendo referencia a Mariana de Alvear-.
* Instituto de Geografía, UNLPam. Fuente Caldenia

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