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16 de diciembre de 2015

Hoteles 'cápsula'

El alojamiento para los hinchas que cruzaron el mundo

Las pasiones pocas veces se justifican. Y, menos aún, se condicen con una explicación lógica. Por eso, decenas de personas que viajaron hasta Osaka, Japón, para ver a River Plate, debieron elegir los alojamientos más baratos: cápsulas.   Cruzar el mundo es una aventura costosa, pero el impacto puede mitigarse eligiendo estas cápsulas que miden un metro de alto, por uno de ancho y tienen 1,90 de largo. Son habitaciones muy simples. Un televisor, un control para las luces y nada más.   Cuestan entre 20 y 30 dólares por días. El primer hotel de este tipo en la zona que hoy alberga a los fanáticos millonarios fue creado en 1977, y apuntan especialmente a trabajadores que por la extensión de la jornada laboral no siempre pueden regresar a su casa para dormir. El baño es común, y algunos hoteles ofrecen agregados lujosos como piletas o saunas. Los hombres y las mujeres duermen en pisos separados, y sólo se puede ingresar descalzo.   "Me dijeron que fui el primer argentino en dormir ahí; en general, según ellos, vienen chinos y coreanos. Lo que sí, se mezclaban varios aromas a medida que llegaba más gente", dijo un simpatizante llamado Francisco a La Nación. "Paseo todo el día, es sólo para dormir. Es una experiencia también", dijo Mariano, otro fanático de River.     La idea que viajó de Japón a China   Sobre estos apartamentos cápsula, el testimonio de Meng Xiolai revolucionó a los medios orientales. Puntualmente, en China. Xiolai se describe como poeta, vive en uno de los denominados "apartamentos cápsula" que han cautivado a los medios de comunicación chinos.   A través de un blog, desde 2010 Meng trataba de llamar la atención sobre las condiciones de vida en estas cápsulas. "No voy a dejar la cápsula hasta que los precios de las viviendas bajen", escribió.   Los cubículos fueron diseñados por un ingeniero retirado, Huang Rixin, de 78 años. Huang escuchó hablar de "hoteles cápsulas" en Japón y se basó en esa idea para construir ocho cubículos de 2,4 metros de largo, casi 1,6 de altura y 0,72 o 0,92 metros de ancho.   Para eso, invirtió 40.000 yuanes (5,860 dólares) y las instaló en el último piso de un edificio en Liulangzhuang, un pequeño pueblo en el distrito de Haidian.   A diferencia de los hoteles cápsula del tamaño de un ataúd en el Japón, las cápsulas de Huang son "amplias" en comparación. Sin embargo, son menos "lujosas".   Huang alquila las ocho cápsulas por un precio mensual de 200 a 250 yuanes cada una (entre 29 y 37 dólares).

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