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SALUD

8 de noviembre de 2015

Historias de vida

Donó la médula a su hija y le dio una segunda oportunidad

Soledad es la mamá de Luana, a quien a los tres años le diagnosticaron un extraño tipo de leucemia. "Fui su donante y la vi nacer por segunda vez", contó emocionada a Infobae TV

Si recibir un diagnóstico de cáncer es siempre un momento difícil de atravesar, cuánto más lo será que la peor noticia sea para un hijo.

Por esa situación debió pasar Soledad cuando su hija Luana tenía apenas tres años. Hoy, con un final feliz en su historia, se animó a compartirla con Infobae TV.

"Fue muy difícil decirle 'estás enferma, tenemos que luchar', cuando en realidad era un 'tenés que luchar vos'", recordó Soledad el momento en que comunicó a su pequeña hija que padecía linfoma de Burkitt o leucemia de células de Burkitt (una rara forma de cáncer del sistema linfático asociado principalmente a linfocitos B y que afecta predominantemente a gente joven).

Luana no había presentado ningún síntoma previo al diagnóstico, por lo que su mamá recuerda el momento como un día en que se le "vino el mundo abajo"

Soledad valoró la actitud de su pequeña guerrera para jugar su rol nada fácil en esta historia. "Yo creo que la sonrisa de ella fue una ayuda muy importante, a pesar de que le estaban pasando quimio bailaba, cantaba, se reía y eso fue clave", aseguró.

"Cuando noté que se le empezaba a caer el pelo se me ocurrió pelarme para que ella no sintiera tanto la pérdida de su cabello, y cuando volví de la peluquería ella me miró y me dijo que no me preocupara que el pelo crecía. Ahí me di cuenta que los prejuicios eran míos", recordó Soleda

El tratamiento de Luana incluyó seis meses de quimioterapia, luego de los que le dieron el alta y tuvo casi un año de vida normal. "Hasta que en noviembre de 2013 se le inflamó un ganglio del cuello y los fantasmas nos rondaron de nuevo y una biopsia nos confirmó que la enfermedad había vuelto", contó la mamá, quien recordó que en ese momento ya sabían que la única posibilidad de cura ea el trasplante de médula ósea.

"Fue difícil. Veníamos de un tratamiento que había sido exitoso y uno nunca espera la recaída de la enfermedad. Con la recaída sabíamos que volvía la quimio y las transfusiones y al saber que necesitábamos un trasplante ya las posibilidades no estaban en nuestras manos", rememoró Soledad los difíciles días de volver a hacerse a la idea de Luana enferma. Y sintetizó esa durísima segunda etapa, que a tuvo a ella también como donante y protagonista: "En septiembre de 2014 hicimos el trasplante; debíamos esperar 20 días que la médula 'prendiera' y a los 30 días nos confirmaron que su cuerpito había rechazado la médula. Entonces, ante ese imprevisto, los médicos buscaron otra alternativa. La donante seguiría siendo yo pero en el segundo intento me extrajeron células por aféresis (un método por el cual se extrae sangre, una máquina la centrifuga y saca las células madre necesarias para el trasplante). En unas horas yo estaba lista para acompañarla. Le pasaron la sangre a ella y teníamos que volver a esperar los 20 días. Esta vez, pasado ese tiempo ya su médula estaba generando glóbulos rojos y el panorama era distinto".

Con lágrimas en los ojos, Soledad expresó sus sensaciones tras haber donado su médula a su hija: "Sentir que con tan poquito de mí recuperé a mi hija es increíble. Ser su donante fue volverle a dar vida, la vi nacer por segunda vez. Ella tiene dos cumpleaños, el 1 de febrero y el 4 de noviembre, que fue la fecha del segundo trasplante".
 

La importancia de donar médula

"Con la necesidad de encontrar un donante compatible y ante la desesperación de querer hacer algo por nuestra hija descubrimos que el banco del Hospital Garrahan hace colectas externas y en el jardín de infantes donde Luana atravesó toda su enfermedad surgió la campaña de donación Fortaleciendo a Luana Ailén, que a través de Facebook sigue funcionando como red solidaria para estos casos.

"Una forma de donar es a través de una pequeña intervención para punzar el hueso de la cadera o el esternón para extraer las células madre y requiere una internación de dos o tres días", explicó la técnica a cargo de las donaciones en el jardín.

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