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12 de julio de 2015

NEUQUÉN

La increíble historia de un argentino que encontró a su familia después de 43 años

Cuando tenía apenas 5 años, Marcelo Figueroa Fernández se enfermó y ni en Taquimilán, su pueblo natal, ni en Neuquén estaban las herramientas para curarlo de un cuadro gastrointestinal que lo afectaba.Por la enfermedad, viajó junto a su mamá, Cristina Figueroa, desde Neuquén hacia Buenos Aires. Allí le dijeron que deberían internarlo para hacerle un tratamiento complejo e intenso. Pero a medida que el tiempo pasaba, la familia no estaba en condiciones de acompañarlo en aquel proceso de recuperación. Es que en Taquimilán había otros seis hijos que atender y los recursos eran muy escasos, según comenta el diario La Mañana de Neuquén. Ante la difícil situación, alguien les dijo que el mismo Estado se haría cargo de trasladarlo de regreso a Neuquén, pero eso no ocurrió. Entonces, Marcelo pasó un año internado hasta que finalmente mejoró, pero ante la ausencia de sus padres, en el hospital lo entregaron en adopción.

La familia siempre tuvo presente que en Buenos Aires había quedado Marcelo, pero sin recursos era imposible recuperarlo. En la década del '60 era difícil viajar desde Taquimilán a Neuquén. Por lo que hacerlo a la Capital Federal era una aventura impensable. Suponían que el nene estaba bien y que tendría la contención de alguien. 

Con el tiempo, los hermanos de Marcelo decidieron ocuparse del tema para regresarlo a la familia. Pero la cuestión era cómo ubicarlo. Lo único que tenía la madre era el acta de nacimiento con su nombre y la fecha en que había nacido. Tenían que buscar a un tal Marcelo Figueroa entre millones de personas. Lo intentaron una y otra vez, pero sin éxito. Es que su nombre era muy común y había pasado demasiado tiempo. 

Incluso un día Cristina, una de las hermanas, decidió pedirle ayuda al intendente de Taquimilán, Juan Carlos Montecino. Le comentó que quería ir al programa de televisión dedicado a encontrar gente perdida. Pero el jefe comunal pensó que lo mejor sería que una de sus colaboradoras, Nely Miranda, se ocupara personalmente del tema. 

Después de un arduo trabajo, Miranda encontró lo que tanto buscaba. Una familia de apellido Fernández había adoptado a un nene que se llamaba Marcelo y que había estado internado en un hospital público de Buenos Aires en la década del 60.

Miranda siguió con la nueva pista hasta que finalmente se comunicó con la familia y logró dar con Marcelo Fernández, un hombre de 48 años que se dedicaba al comercio en el rubro electricidad industrial. Era él, con el apellido de sus padres adoptivos.

Marcelo conocía sus raíces porque de chico le habían contado toda la historia, por lo que inmediatamente supo que la gente de Taquimilán que lo buscaba era la familia que lo había criado hasta los 5 años.

Cuando la familia recibió la noticia no lo podían creer. Finalmente, Marcelo viajó el miércoles último a Neuquén y pudo reencontrarse desde de 43 años con su familia

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q grande ese es mi tio una conmovedora historia ojala todos fueran como el q queria conocer su historia y sus raices

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