Campeón después de seis años, tiró el Monumental por la ventana. Los jugadores cantaron a lo loco y hubo dedicatorias para la contra: "Es para vos...".

Decí 35... Volvió la alegría a Núñez. Seis años después... Este es el famoso River Plei, claro. El de los títulos, de las vueltas, el de Ramón. Por eso la fiesta, por eso los cantos hasta la medianoche y los hits que suenan y suenan. Por eso los jugadores que celebran, que se descargan, que cantan pro River y contra el rival de toda la vida. Por eso se escucha el típico "Dale campeón, dale campeón", que tanto se extrañaba. También el "que esta barra y todos los jugadores, todos juntos la vuelta vamos a dar". Y hay para Boca, cómo no, si ya es un clásico de ida y vuelta, por eso atrona en un vestuario exultante, de boca de los propios protagonistas, el "un minuto de silencio", el "hay una calesita en el Parque Lezama", el "es para vos, es para vos", entre otros tantos cantos que se multiplicaron en el Monumental.

Ahí está Cavenaghi, cantando desenfrenado después de un facilongo 5-0 a Quilmes, triunfo que era necesario pero no imprescindible, porque al final perdieron Estudiantes y Gimnasia y entonces el título quedaba en Núñez pasara lo que pasara. Ahí está Ramón, hablando con suficiencia de esta campaña que tuvo altos y bajo y que terminó en lo más alto. Ahí está Carbonero, con la bandera de su país, que casi no puede hablar de tanta emoción. Ahí está Teo, cumpliendo el sueño que esperaba cuando hizo todo para venir a River.

Ahí están los hinchas, pletóricos, sintiéndose los más grandes con este título de Primera, seis años después. En una campaña que se fue enderezando después de puntos clave, como ganar en la Bombonera, como vencer a Racing con un penal atajado sobre la hora, como superar a todos los grandes que se le pusieron enfrente. Ahí está el presidente Rodolfo D'Onofrio, quien transmitió tranquilidad desde que asumió y se regodea con esta vuelta récord, en su primer semestre. Ahí está el Enzo, un histórico que hoy lidera el fútbol del club, elogiando con mesura, disfrutando lógicamente.

Hubo fiesta grande en Núñez, en rincones del país y en distintas partes del mundo donde hay hinchas de River. En el Monumental tiraron la casa por la ventana con el bus que entró para la vuelta olímpica, con luces apagadas y fuegos artificiales, con cada uno de los hinchas que fotografió ese momento inolvidable. Se levantó la copa tan deseada, la que abre la puerta a la Libertadores y a una superfinal con San Lorenzo.

River volvió a ser River, el gigante argentino que disfruta. Sin un fútbol supremo, pero afirmándose en el sprint final, con un Cavenaghi líder, un Chichizola salvador, un Teo inteligente, un Carbonero en pleno crecimiento, un Maidana segurísimo, un Ledesma tan veterano como fino. Volvió River un domingo 18 de de mayo, éste es el famoso River Plei.

Fuente:Diario ole